EL SEÑOR IBRAHIM Y LAS FLORES DEL CORÁN

GUIÓN PARA EL DEBATE

(23 de junio, miércoles, a las 9 horas)

 1.      Introducción al autor.

2.      Opinión breve sobre la novela. 

  • Si nos ha gustado o no y por qué. Puntúa la novela entre 0 y 10 y justifícalo. 

3.      Contexto histórico. 

4.      Espacio. 

5.      Tiempo. 

6.      Significado del título: “El señor Ibrahim y las flores del Corán”.  

7.      Punto de vista narrativo.  

8.      Estructura. 

9.      Intriga: mecanismos para generarla. 

10. Personajes: 

  • Momo
  • El señor Ibrahim
  • El padre
  • La madre 

11. Temas para el debate 

  • La sociedad:
    • La familia: las relaciones padres-hijos; la separación de los padres; etc.
    • La convivencia de personas de diferente religión.
    • El mundo de la prostitución.
    • El nazismo: el exterminio de los judíos, los traumas de los supervivientes.
    • El suicidio. 
  • Los sentimientos:
    • La ausencia de afecto.
    • La soledad.
    • La amistad
    • El sentimiento de culpabilidad: el padre de Momo (64). 
  • La religión:
    • El islamismo: las enseñanzas del Corán. (39).
    • El judaísmo: la persecución nazi. (46). 

12.  Frases para la reflexión: 

  • Sonreír es cosa de ricos, señor Ibrahim. Yo no tengo medios. (31)
  • Sonreír es precisamente lo que hace feliz a uno. (31).
  • Un hombre pasa la vida entera tan sólo en dos lugares: en su cama y en sus zapatos. (49).
  • Cuando quieras aprender algo, Momo, habla con alguien, no cojas un libro. Yo no creo en los libros. (54).
  • La belleza está en todas partes. Allí donde pongas los ojos. Eso dice el Corán. (55).
  • Cuando quieras saber si estás en un lugar de ricos o de pobres, observa las papeleras… (78).
  • Ah, no, por la autopista no, Momo… Las autopistas dicen: pasen ustedes, aquí no hay nada que ver. (78).
  • La lentitud ése es el secreto de la felicidad. (79).
  • El corazón del hombre es como un pájaro encerrado en la jaula del cuerpo. (82).
  • Te mueves demasiado, Momo. Si quieres tener amigos, tienes que quedarte quieto. (85).
  • Para los hombres normales y corrientes, nuestra belleza es aquella que seamos capaces de encontrar en una mujer. (85). 

13. Estilo. 

14. Propuesta de lectura para el próximo curso.

 

ENTRANDO Y SALIENDO DEL TÚNEL

Ayer no contamos con la presencia de alumnos en el club de lectura, a causa de las Pruebas de Selectividad. Esto propició una reunión con intervenciones más largas y reflexiones quizá más profundas. En la presentación del autor, que hicimos entre todos, se dieron algunas claves para entender la novela “El túnel”: la infelicidad de Ernesto Sábato, durante su infancia; las sucesivas crisis existenciales, que le llevaron, primero, a militar en el partido comunista y, después, a desencantarse con las atrocidades cometidas por Stalin, en la Unión Soviética; etc.

Desde el principio, quedó claro que íbamos a hablar de Juan Pablo Castel, protagonista absoluto de esta primera novela del autor. Se emplearon calificativos, como esquizofrénico, paranoico, egoísta y contradictorio, con el fin de acercarnos él y tratar de entender su extraño comportamiento.

La mayoría de los asistentes habíamos leído “El túnel”, en nuestra juventud: unos apenas teníamos recuerdos de su contenido y volver a leerla ha sido como hacerlo por primera vez; otros, en cambio, tenían muy presente la vida tortuosa de Juan Pablo Castel, bien porque su lectura coincidió con un periodo de crisis personal o bien porque se había convertido en un libro de cabecera, al que volvían, una y otra vez.

En cualquier caso, a casi todos nos había calado hondo esta novela de apenas 160 páginas, en la que no solo importa lo que se dice, sino sobre todo lo que se sugiere, a través de los espacios en blanco, como comentó Carmen.

Por eso, nos formulamos preguntas:

¿Qué sabemos de María y de sus sentimientos? ¿Y de Allende, su marido? ¿Qué simboliza su ceguera? ¿Cual es el tema de la novela? ¿Qué representa el túnel?

Las respuestas, en un principio, fueron meras tentativas de aproximación; pues la novela admite muchas interpretaciones; pero, poco a poco, fuimos adentrándonos en la mente tortuosa, laberíntica, del protagonista; nos dejamos llevar por sus obsesiones; releímos fragmentos, como el encuentro inicial, la escena de la ventana que, primero, es contada por Juan Pablo y, después, por María:

“Cuando vi a aquella mujer solitaria de tu ventana, sentí que eras como yo y que también buscabas ciegamente a alguien, una especie de interlocutor mudo. Desde aquel día pensé constantemente en vos, te soñé muchas veces acá, en este mismo lugar donde he pasado tantas horas de vida. Un día hasta pensé en buscarte y confesártelo. Pero tuve miedo de equivocarme, como me había equivocado una vez y esperé que de algún modo fueras vos el que buscara. Pero yo te ayudaba intensamente, te llamaba cada noche…”

Así, le expresa ella sus sentimientos, pero él no la escucha, porque sólo piensa en sí mismo, encerrado en el túnel de su soledad, y no está dispuesto a que nadie le ayude a salir.

En cuanto a Allende, concluimos que es el personaje más lúcido de la obra, el único que se atreve a decirle a Juan Pablo lo que es: un insensato, es decir, una persona inmadura, que, a pesar de sus razonamientos continuos sobre lo que hace o deja de hacer o sobre lo que hacen o dejan de hacer los demás, demuestra una falta de juicio total, especialmente, cuando mata a María, que era la única que le hubiera permitido salir del túnel. Allende se comporta así, con la lucidez de otros grandes ciegos de la historia de la literatura, como el Max Estrella de “Luces de bohemia” o el adivino Tiresias de “Edipo rey”. Paradojas que engrandecen estas obras.

El conflicto entre la intuición y la razón nos pareció el tema principal que se plantea en la novela, porque Juan Pablo se guía por la primera, cuando ve a María contemplado la ventana de su cuadro; pero, después, sus absurdos razonamientos le conducen a matarla.

El propio narrador protagonista explica el simbolismo del túnel, al final de la historia; pero, en la reunión de ayer, nos planteamos en qué medida todos estamos dentro de él. Llegamos a la conclusión de que las personas normales salimos y entramos del túnel, porque, a diferencia de Juan Pablo Castel, nos conformamos con lo que tenemos, no estamos obsesionados con alcanzar la perfección absoluta, ni se la exigimos a los demás, ni nos caracterizamos “por recordar preferentemente los hechos malos”. Al contrario, preferimos quedarnos con lo positivo de la vida , porque, como dice María Iribarren, “vivir consiste en construir futuros recuerdos”.

Nos vemos el 23 de junio, jueves, a las 9 horas, para hablar de “El señor Ibrahim y las flores del Corán”, una novela breve, pues apenas llega a las cien páginas, escrita en un lenguaje sencillo, que narra la historia de Momo, un chico de trece años, y su amigo, el señor Ibrahim. Apta para todos los públicos. Os animamos a venir a esta última sesión del club de lectura.

EL TÚNEL

GUIÓN PARA EL DEBATE

(9 de junio, jueves, a las 18 horas, en la biblioteca)

1. Introducción al autor.

2. Opinión breve sobre la novela.

• Si nos ha gustado o no y por qué. Puntúa la novela entre 0 y 10 y justifícalo.

3. Espacio.

4. Tiempo.

5. Significado del título: “El túnel”.

6. Punto de vista narrativo.

7. Estructura.

8. Intriga: mecanismos para generarla.

9. Personajes:

• Castel

• María

• Allende

• Hunter y Mimí

10. Temas para el debate

• La razón y la intuición: dos formas de enfrentarse a la realidad (39).

• Los sentimientos

– El amor y el odio (124)

– Los celos (144)

– Entrega total (135)

– El deseo de posesión total (134)

– El amor fingido (107-149)

– La soledad y la desesperación (119)

• El sexo: la simulación de l placer (152).

• La existencia humana

– La fugacidad (142)

– La inutilidad de la vida (87- 121)

– La necesidad de comunicación une a los dos personajes (137).

– La repetición del tipo o las deformaciones de familia (67-8).

• Los críticos (78)

11. Frases para la reflexión:

• «todo tiempo pasado fue mejor» no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que —felizmente— la gente las echa en el olvido.

• La experiencia me ha demostrado que lo que a mí me parece claro y evidente casi nunca lo es para el resto de mis semejantes.

• Me elogió los cuadros de tal manera que comprendí que los detestaba.

• Necesitaba detalles: me emocionan los detalles, no las generalidades.

• AMABA desesperadamente a María y no obstante la palabraamor no se había pronunciado entre nosotros.

• Yo creo que el artista debería imponerse el deber de no llamar jamás la atención. Me indignan los excesos de dramatismo y de originalidad.

• La felicidad está rodeada de dolor.

12. Estilo.

13. Mensaje de la novela.

14. Próxima lectura (PROPUESTA).

CON MIGUEL HERNÁNDEZ EN EL CLUB DE LECTURA

Comenzamos la sesión, con el poema “Con dos años”, cantado por Luis Pastor, que nos trajo recuerdos de una época lejana en que luchábamos contra la dictadura franquista. Su voz dulce y melodiosa, acompañada por el sonido del saxo, nos envolvió a todos y nos preparó para acercarnos a un género literario, la poesía lírica, en el que el autor expresa sus sentimientos.

Pero el protagonista fue Miguel Hernández, un poeta íntimamente ligado a la vida de los profesores, que asistimos ayer al Club de Lectura y que hemos participado, en las diversas actividades, organizadas en el centro, con motivo del primer centenario de su nacimiento. Para nosotros, volver a leer los poemas que marcaron nuestra juventud, ha sido como revivir aquella época, recordando y experimentando los mismos sentimientos.

Hay un romance, donde el poeta de Orihuela hace una llamada a la juventud para que defienda la España republicana, que resume bien nuestra actitud, durante estos días:

“Sangre que no se desborda,

juventud que no se atreve,

ni es sangre, ni es juventud,

ni relucen ni florecen.

Cuerpos que nacen vencidos,

vencidos y grises mueren:

vienen con la edad de un siglo,

y son viejos cuando vienen.

La juventud siempre empuja

la juventud siempre vence”

Así, nos hemos sentido nosotros: como jóvenes apasionados e idealistas, capaces de superar los límites y de vencer los obstáculos más difíciles, como se sintió el propio Miguel Hernández, cuya existencia estuvo marcada por tres ejes o por tres heridas, como nos dice el propio poeta: la del amor, la de la vida y la de la muerte.

Durante la sesión extraordinaria de ayer, leímos y comentamos poemas, donde se abordan estos aspectos centrales de la cosmovisión hernandiana:

El rayo o el deseo sexual, en interpretación de Eutimio Martín, que no le abandona nunca y le autodestruye:

“Esta obstinada piedra en mí brota

y sobre mí dirige la insistencia

de sus lluviosos rayos destructores”

La aparente materialización de este deseo, en el soneto, donde describe a una dama, desde los pies a la cintura, siguiendo un orden inverso al tradicional:

“Entro y dejo que el alma se me vaya

por la voz amorosa del racimo:

pisa mi corazón que ya es maduro.”

El contacto con la realidad de los hortelanos, que regresan del trabajo para reencontrarse con sus mujeres, mientras el joven poeta siente que se incrementa su soledad:

“Por otra senda yo, por otra senda

que no conduce al beso aunque es la hora,

sino que merodea sin destino.

Bajo su frente trágica y tremenda,

un toro solo en la ribera llora

olvidando que es toro y masculino.”

A las palabras sabias de Carmen Jurado y Lola Cortés, comentando estos poemas, le siguió la voz desgarrada de uno de los componentes del grupo Jarcha interpretando la “Elegía a Ramón Sijé”. Y después de la música, de nuevo, la palabra, los comentarios de los que asistimos a la reunión, desmontando algunos de los mitos, que se han creado sobre Miguel Hernández: el mito del poeta cabrero, cuando, en realidad, fue un alumno brillante y un ávido lector de nuestros clásicos; o la verdadera catadura moral de Ramón Sijé, con el que apenas se hablaba, en el momento de su muerte, pero que -según Paco Jurado- no le resta ni un ápice a la fuerza dramática de la elegía.

Escuchamos, en la voz de Fraskito, una versión flamenca de “Sonreídme”, poema en el que expresa su felicidad por haberse librado de la religión y haberse acercado al mundo de los trabajadores:

“Me libré de los templos: sonreídme,

donde me consumía con tristeza de lámpara

encerrado en el poco aire de los sagrarios.

Salté al monte de donde procedo,

a las viñas donde halla tanta hermana mi sangre,

a vuestra compañía de relativo barro.”

Y situados en la poesía social del poeta oriolano, nos recreamos en la versión que hizo Jarcha de “Aceituneros”, poema en el que invita a los andaluces de Jaén a que se levanten contra el terrateniente:

“¡Cuántos siglos de aceituna,

los pies y las manos presos,

sol a sol y luna a luna,

pesan sobre vuestros huesos!

Andaluces de Jaén,

aceituneros altivos,

pregunta mi alma: ¿de quién,

de quién son estos olivos?

Jaén, levántate brava

sobre tus piedras lunares,

no vayas a ser esclava

con todos tus olivares.”

Pero quizá el poema que más nos gustó a todos fue “Canción última”, por la sonoridad de sus versos, donde se acumulan las vocales abiertas, que están en consonancia con el sentimiento de esperanza, que le permitirá, en un futuro, superar el llanto y el dolor del momento presente -como explicaron Lola P. Ebrero y Antonio Cárdenas. Elogiamos, especialmente, el principio:

“Pintada, no vacía:

pintada está mi casa

del color de las grandes

pasiones y desgracias.

Regresará del llanto

adonde fue llevada

con su desierta mesa,

con su ruinosa cama.”

Esta misma ambivalencia de sentimientos la apreciamos en el soneto “Sonreír con la alegre tristeza del olivo”, escrito cuando el poeta se encontraba en la cárcel. Antonio Gómez lo había seleccionado y nos invitó a disfrutarlo con él y a que reconociéramos las sucesivas contraposiciones:

“Me siento cada día más libre y más cautivo

en toda esta sonrisa tan clara y tan sombría.

Cruzan las tempestades sobre tu boca fría

como sobre la mía que aún es un soplo estivo.”

Finalizamos la sesión del Club de Lectura, escuchando “Vientos del pueblo”, en una versión de Los lobos, llena de energía y espíritu reivindicativo, que nos puso la carne de gallina. Se palpaba en el ambiente la emoción contenida, muy especialmente de Carmen Jurado, que ha sido el alma -porque nos ha animado a todos- y el cuerpo -porque no ha dejado de arrimar el hombro- de este conjunto de actividades, en torno a la figura de Miguel Hernández; un poeta que, tanto por el valor de su obra literaria, como por su coherencia e integridad personal, ha sido capaz de unirnos y entusiasmarnos en un proyecto común.

NOS GUSTA“EL PERFUME”

El perfume” es una novela que nos ha gustado a todos, tanto a los que la hemos releído, como a los que se han acercado a ella por primera vez. Así, lo manifestamos en la última reunión del club de lectura, celebrada ayer martes, en la biblioteca del centro.

Elogiamos su originalidad: cómo Patrick Süskind convierte en protagonista a un personaje extraño, pero excepcional, porque está dotado de un sentido del olfato fuera de lo común. También valoramos positivamente los mecanismos que utiliza para generar la intriga: el inicio inquietante, con el nacimiento de Grenouille, en medio de la inmundicia y el olor nauseabundo; la desgracia que sobreviene a los amos para los que trabaja, que sienten repulsión hacia él, por su ausencia de olor; el efecto del perfume sobre las personas, a partir del momento en que consigue imitar el olor humano; los crímenes que va cometiendo; la incertidumbre en torno a la fragancia extraída de las chicas asesinadas; etc.

Pero quedaron en el aire, desde el principio, algunas preguntas:

¿Cuál es el verdadero final? ¿La bacanal que se produce el día de la ejecución, por el efecto del perfume, elaborado por Grenouille, o cuando los maleantes de París lo despedazan y se lo comen vivo?

Süskind cierra la novela con este segundo episodio, sin embargo, a los que asistimos ayer a la reunión nos parecía más adecuado haberlo hecho con el primero.

El desarrollo de la conversación fue despejando incógnitas y abriéndonos la mente. Pocas veces, en el club de lectura, se ha producido este fenómeno; pero, poco a poco, todos fuimos viendo la luz y entendimos que, del mismo modo que los amos a los que sirve el protagonista y que sienten repulsión hacia él, acaban trágicamente; al propio Grenouille, que después de la bacanal experimenta un profundo odio hacia los humanos, le espera también un trágico final. Con esto, el círculo, que se había abierto, se cierra y, además, el protagonista, que había nacido en medio de la inmundicia y el mal olor, acaba siendo devorado por un grupo de maleantes, atraídos por su perfume irresistible, y con el hedor de cadáveres inundando el ambiente.

Igualmente, manifestamos nuestro desconcierto ante el punto de vista del narrador omnisciente que, desde el inicio de la novela, predispone al lector contra Grenouille, con juicios despectivos sobre el mismo, cuando lo compara con una cucaracha, una araña y un monstruo. Esta insistencia en la maldad del personaje, que se corresponderá, después, con los crímenes execrables que comete, contrastará, al final, en el momento de la ejecución, con la admiración y el amor que sienten todos hacia él.

En cuanto a la forma, destacamos: las descripciones asombrosas que contiene; el uso de la ironía; y las referencias mitológicas. Por ejemplo, nos pareció muy acertada la identificación del protagonista, primero, con el dios Vulcano, a causa de su fealdad y su cojera, y, después, con Prometeo, el mensajero de los dioses, cuando consigue que todos lo respeten y lo amen.

Finalmente, debatimos sobre el significado último de la novela. En este sentido, comentamos que la exaltación final de los sentidos, con todos los que acudieron a la ejecución entregándose al desenfreno sexual, puede interpretarse como una crítica a las costumbres morales de una sociedad demasiado puritana. Es como un descenso a las más bajas pasiones de los hombres. Prueba de ello es la vergüenza general que sintieron, al día siguiente. El propio Grenouille, que es causante de esta pérdida de pudor colectiva representa por su ateísmo y su amoralidad un contrapunto para aquella sociedad.

PRÓXIMAS LECTURAS:

  • Sesión íntima sobre poemas de Miguel Hernández: 12 de mayo, a las 18 horas.
  • Sesión sobre “El túnel” de Ernesto Sábato: 9 de junio, jueves, a las 18 horas.
  • Sesión sobre “El señor Ibrahim y las flores del Corán”: 23 de junio, miércoles, a las 9 horas.

EL PERFUME

 

GUIÓN PARA EL DEBATE

(25 de abril, lunes, a las 18 horas, en la biblioteca)  

1. Introducción al autor 

  • Biografía
  • Obras que ha escrito. 

2. Opinión breve sobre la novela. 

  • Si nos ha gustado o no y por qué. Puntúa la novela entre 0 y 10 y justifícalo

3. Espacio. 

4. Tiempo.  

  • Tiempo histórico.
  • Tiempo literario. 

5. Significado del título.  

6. Punto de vista narrativo. 

7. Estructura.  

  • Estructura externa.
  • Estructura interna. 

8. Intriga: mecanismos para crearla. 

9. Personajes: 

  • Jean Baptiste Grenouille
  • El padre Terrier
  • Madame Gaillard
  • Grimal
  • Baldini
  • Taillade-Espinasse
  • Madame Arnulfi.
  • Richis. 

10. Temas para el debate: 

  • El mundo de los sentidos: el olfato.
  • Los sentimientos: la soledad elegida, la tentación del poder o el deseo de dominar el mundo,el egoísmo y la falta de escrúpulos de Jean Baptiste y de todos sus amos, la ingenuidad de la gente, susceptible de ser engañada.  
  • La sociedad: las injusticias sociales: los niños abandonados, la explotación infantil; el conservadurismo: críticas al imperio de la razón, oposición al progreso y a los avances científicos, crítica a escritores modernos, como Voltaire o Rousseau; etc.
  • La libertad del campo frente a la opresión de la ciudad; el alejamiento de los hombres; etc. 
  • La creación: basada en el orden y el trabajo o en la improvisación y el caos aparente. 
  • La muerte: el asesinato, el miedo contagioso, el odio y el deseo de venganza, el castigo ejemplar, el morbo de ver morir al asesino, etc.
  • La realidad y la fantasía.  

11. Estilo.

  • Formas de expresión: las descripciones.
  • El recurso de la ironía
  • Referencias mitológicas.
  • Interpretación: mensaje que nos transmite la novela.  

12. Próxima lectura.

DIFERENTES OPINIONES SOBRE “TOKIO BLUES”

Ayer, en el club de lectura, hablamos sobre “Tokio blues”, la primera novela que escribió Haruki Murakami y que, según nos contó María, en la presentación de este autor, fue un éxito de ventas, sobre todo, en Occidente.

La acción tiene como telón de fondo las revueltas estudiantiles de mayo del 68, que también alcanzaron a Japón. Uno de los personajes, Midori, denuncia, en el pasaje, quizá más divertido de la novela, la actitud hipócrita de unos estudiantes, que se pasaban la vida hablando de la revolución y protestaban por unos «onigiri» (bolas de arroz rellenas de alimentos) –preparados por supuesto por las chicas- que iban a comerse a media noche.

Asistimos a la reunión dieciséis personas: una madre, seis alumnos y nueve profesores.

Las opiniones sobre “Tokio blues” fueron dispares; pero tanto las personas a las que nos había gustado, como a las que no, disfrutamos del animado debate. Como dijo Paco Jurado, cuya presencia nos alegró, especialmente, a todos, venir al club de lectura es como leer de nuevo la novela. Ana, la única madre presente en la reunión, también reconoció haber descubierto aspectos y puntos de vista desconocidos para ella.

Los detractores de la novela llamaron la atención sobre la sensación de vacío que les habían producido unos personajes incapaces de expresar sus sentimientos. Para los defensores, en cambio, ahí,  precisamente, estaba una de las razones  para seguir leyéndola. Hubo posturas intermedias, como la de Lourdes, a quien no le había calado la novela; pero sí el autor, su forma de escribir y de contar la historia.

Esa calma ante la desgracia, sorprendente y admirada por todos, que han demostrado los japoneses, en el reciente seísmo, la reconocimos en algunos personajes de “Tokio blues”, como Naoko o Watanabe, que son incapaces de expresar lo que sienten.

Elogiamos el inicio de la novela: cómo Watanabe escucha la canción de los Beatles “Norwegian Wood”, montado en el avión, y esto le hace recordar su juventud y, en particular, a la misteriosa Naoko. También el punto de vista del narrador protagonista, desde el que se cuentan los hechos, muy en consonancia con el tono de melancolía, que domina en la novela.

Pero sobre todo –con la música de fondo de Miles Davis- hablamos de los personajes, casi todos jóvenes, que han empezado sus estudios universitarios, han dejado atrás a sus familias y se encuentran solos en un mundo desconocido para ellos. Hablamos de Watanabe, que siente un amor no correspondido hacia Naoko y que, como esta, vive encerrado en su mundo, por el dolor que le ha causado la pérdida de su único amigo; de Midori, que es el contrapunto de Naoko, por su fuerza de voluntad, su extroversión y su sentido del humor; de Nagasawa, que está por encima de las normas y carece de ideales y sentimientos, porque para vivir sólo le basta con algunas normas de conducta; de Reiko, el personaje  más sensato de la obra -según Carmen-, capaz de superar la doble depresión que le produjo, por un lado, el fracaso de sus aspiraciones como pianista, y por otro, el chantaje emocional de su alumna.

Nos planteamos el tema del suicidio de algunos de estos personajes: ¿por qué adoptaron esta última e irreversible decisión? ¿Por razones culturales? ¿Por motivaciones personales? La conclusión a la que llegamos fue que lo hicieron por una mezcla de ambos factores.

Al final, después de más dos horas de animado debate, todos nos fuimos impregnados de esa melancolía, que acompaña a los personajes y que emana de la música de Miles Davis.

Las dos próximas sesiones:

“El perfume” de Patrick Souskind, para el día 25 de abril, lunes, a las 18 h. Los ejemplares de esta novela se pueden conseguir en Vicedirección.

Poemas de Miguel Hernández,  para el día 12 de mayo, jueves, a las 18 h. Diferentes profesores y profesoras del centro, que hemos elegido un poema de este autor, lo recitaremos y lo comentaremos.

TOKIO BLUES

GUIÓN PARA EL DEBATE

(24 de marzo, jueves, a las 17 horas, en la biblioteca) 

1.      Introducción al autor. 

2.      Opinión breve sobre la novela. 

  • Si nos ha gustado o no y por qué. Puntúa la novela entre 0 y 10 y justifícalo. 

3.      Espacio

 4.      Tiempo

 5.      Significado del título: “Tokio blues”.

 6.      Punto de vista narrativo.

 7.      Estructura.

 8.      Intriga.

 9.      Personajes: 

  • Watanabe.
  • Naoko.
  • Kizuki.
  • Tropa de asalto.
  • Nagasawa.
  • Midori.
  • Reiko.
  • Hatsumi.  

10. Temas para el debate 

  • Los sentimientos 

–          La pérdida y la nostalgia

–          El fracaso y la frustración de los sueños (160)

–          El hastío de la vida (263)

–          El amor: diferente intensidad del sentimiento (Naoko y Watanabe; Midori y Watanabe.); etc.

–          La sexualidad: búsqueda de la identidad sexual de Reiko, la frigidez de Naoko; la frivolidad de Nagasawa; las fantasías sexuales de Midori; etc. 

  • La sociedad 

–          Paso de la juventud a la adultez.

–          Dificultades de integración en la sociedad. Inadaptación.

–          El suicidio: Kizuki; Naoko (presagios: 189); su hermana (192); un hermano de su padre (194); Hatsumi (279). ¿Hay un componente hereditario?

  • La universidad 

–          Vida diaria en la residencia.

–          Estudiar por vocación (Tropa de asalto) o por casualidad (Watanabe).

–          Mayo del 68: las huelgas contra el poder establecido (67), el gregarismo de los jóvenes; la actitud hipócrita de los estudiantes, el elitismo. (237). 

11.  Algunas frases para la reflexión: 

  • “Soy de este tipo de personas que no acaba de comprender las cosas hasta que las pone por escrito” (Pág. 11)
  • “El sufrimiento peor es el que no tiene motivo determinado. Viene de todas partes y de nada en particular. Es como si no tuviera rostro.” 
  • “Aquella noche sentí que el silencio era siempre destrucción”.
  • “Pensé entonces que siempre era mejor lo que se queda en el espacio de lo posible, lo que no llega a existir”.
  • “Aquellos insignificantes objetos cobraron a mis ojos una extraña elocuencia. Emanaban algo de ti que escapaba a las palabras”.  

12. Estilo. 

13. Próxima lectura (PROPUESTA):

 

DE LA LITERATURA AL CINE

Así, de esta forma tan poco habitual, se desarrolló la última sesión del Club de Lectura, celebrada ayer, por la tarde. Comenzamos hablando de la novela “El Sur” de Adelaida García Morales y acabamos debatiendo sobre la película homónima, dirigida por Víctor Erice, que vimos, previamente, en el salón de actos.

Se trata de una novela –así lo consideramos- que deja algunas incógnitas por despejar, como la extraña relación entre Rafael y Gloria Valle, particularmente en lo concerniente a este personaje y al hijo que tienen ambos; también, por qué no fructifica la misma: ¿qué fue lo que verdaderamente ocurrió? La razón de estas incertidumbres estriba en la brevedad del texto, que apenas llega a las 60 páginas. Hay quien hubiera deseado un desarrollo mayor de la historia y quien, por el contrario, la considera bien como está.

Elogiamos el tono intimista de la novela, contada por la hija, cuya relación con el padre roza los límites del amor. Algunas de las asistentes a la reunión reconocieron, en este personaje enigmático, rasgos de su propio progenitor.

La película es una obra maestra del cine, sobre todo, desde el punto de vista técnico: los efectos de luz y sonido, trabajadísimos; los planos fijos, tan poco frecuentes en el cine de hoy día; el manejo de la cámara, que se acerca y aleja para describir el paso del tiempo o para abrir y cerrar un escena  -recordamos, en este sentido, la escena magistral de la fiesta de la primera comunión-; etc. Estos aspectos técnicos proporcionan a la película una lentitud, que permite al espectador recrearse en las imágenes, que son las que, al fin y al cabo, diferencian el buen cine del mediocre.

Pero el guión es una adaptación de la novela y hay personajes que cambian: por ejemplo, la madre es casi irreconocible, pues su frialdad y aspereza se tornan amor y cariño.

Valoramos la llegada de las dos mujeres del Sur –en especial, de una inconmensurable Rafaela Aparicio- como uno de los momentos más conseguidos: es como una irrupción de vida en el espacio de silencio y soledad, donde vive el matrimonio con la hija. La emoción y los recuerdos estallan en el camino, que recorren ambas mujeres, desde la puerta del jardín hasta la casa.

El final truncado, aunque en el guión de Víctor Erice figuraba una segunda parte, a algunos les pareció un acierto, porque activa la imaginación del espectador, que, así, se ve obligado a construir, libremente, el viaje al Sur, que va a realizar la hija; a otros, en cambio, nos quedó la frustración de habernos privado de otra hora de buen cine.

PRÓXIMA LECTURA: «Tokio Blues» de Murakami. Cuenta la historia de un adulto que, escuchando una canción de los Beatles, evoca  una realación amorosa, que tuvo, cuando era joven, con un chica extraña. Fecha de la reunión: 24 de marzo, jueves, a las 17:30 h.