Estos han sido los libros sobre las que hemos debatido en el Club de Lectura, durante el año que hoy termina:
“El Sur” de Adelaida García Morales (enero).
“Tokio Blues” de Haruki Murakami (marzo).
“El perfume” de Patrick Süskind (abril).
“Poemas” de Miguel Hernández (mayo).
“El túnel” de Ernesto Sábato (junio).
“El señor Ibrahim y las flores del Corán” de Eric-Emmanuel Schmitt (junio).
“El hijo de Noé” de Eric-Emmanuel Schmitt (septiembre).
“La metamorfosis” de Frank Kafka (octubre).
“El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry
“El gigante egoísta” y “El fantasma de Canterville” de Óscar Wilde (diciembre).
Os proponemos que opinéis sobre ellos o sobre las sesiones dedicadas a los mismos. Podéis tener en cuenta aspectos como: la amenidad de la lectura; si os enganchó desde el principio; si mantuvo vuestro interés hasta el final; la complejidad de los personajes o si os identificasteis con ellos; el lenguaje en el que están escritos; etc.
Os sugerimos algunas ideas:
Decir el que más os ha gustado y el que menos.
Puntuarlos de 0 a 10.
Establecer un ranking
Opinar sobre algunos de ellos.
Indicar el personaje o los personajes con los que más os habéis identificado.
Mi balance particular es éste:
El libro más desconcertante y el que más me ha hecho pensar: “El túnel”.
Los más sencillos de leer: “El hijo de Noé” y “El gigante egoísta”.
Del que más he aprendido, sobre todo el valor de la amistad: “El señor Ibrahim y las flores del Corán”.
El que más extraño me ha resultado, por la incapacidad de sus personajes para expresar lo que sienten: “Tokio Blues”.
El más triste y el que más incógnitas por despejar queda: “El Sur”.
El que más significados encierra, bajo la apariencia de un lenguaje sencillo: “La metamorfosis”.
El más engañoso, porque en realidad no es un lectura para niños: “El Principito”.
El que engancha desde el principio y mantiene el interés hasta el final: “El perfume”.
La reunión más emotiva: la dedicada a la poesía de Miguel Hernández.
Como mencionaba Carmen Jurado, en su brillante crónica sobre “La canción que más nos gusta”, el viernes, 23 de diciembre, celebramos una doble sesión del Club de Lectura sobre dos cuentos de Óscar Wilde: “El gigante egoísta” y “El fantasma de Canterville”.
La primera tuvo lugar en el salón de actos, a las 9:15 horas, y asistieron una veintena de alumnos de 1º de ESO, acompañados por su profesor de Lengua Española, Paco Ortiz; la segunda, en la biblioteca, con la participación de numerosos alumnos del resto de los niveles educativos: desde 2º de ESO hasta 1º de Bachillerato.
En ambas sesiones, la presentación del autor corrió a cargo de María Sanjuán, con su acostumbrado rigor y erudición. Nos descubrió a los asistentes a un Óscar Wilde inteligente e ingenioso, que defendía la teoría estética del arte por el arte y que sentó las bases de lo que se denominó dandismo. De su producción literaria, destacó la novela “El retrato de Dorian Gray”, que le reportó críticas feroces de los sectores más puritanos de la sociedad inglesa, así como sus obras de teatro “”Salomé” y “La importancia de llamarse Ernesto”, que le dieron a conocer como dramaturgo. Para poner de manifiesto la singularidad de este autor, contó la anécdota de que, cuando Óscar Wilde viajó a Estados Unidos, respondió a los empleados de la aduana: “No tengo nada que declarar, excepto mi talento”. Hizo referencia a la condena que sufrió de dos años de cárcel y trabajos forzados, bajo la acusación de homosexualidad, que supuso para él la pérdida de toda la gloria conseguida como escritor. Y finalmente, contó los últimos años de su corta vida, que se caracterizaron por las dificultades económicas y por sus problemas de salud, derivados del excesivo consumo de alcohol.
Paradójicamente, la primera sesión resultó más íntima y placentera, pues los alumnos de 1º de ESO expresaron sus opiniones con sencillez y naturalidad. A casi todos les había gustado más “El gigante egoísta”, porque era fácil de leer y entender, excepto el final, que suscitó las dudas de algunos de ellos, que fueron aclaradas por sus propios compañeros. En concreto, las señales de dos clavos en las palmas de las manos y en los pies del niño, que más había amado el gigante y que resultó ser Jesucristo.
En cambio, “El fantasma de Canterville” les había resultado más difícil de comprender, en especial el significado de la muerte del fantasma, ayudado por la joven y hermosa Virginia, que le permitió al fin, después de tantos años, olvidar una vida llena de pecados y descansar en paz.
De ambos cuentos, comentamos su estructura tripartita (introducción, nudo y desenlace), que es la habitual en las narraciones tradicionales, y cómo la situación inicial de calma se ve interrumpida por otra de tensión, que permite desarrollar la historia y conducirnos hacia un final feliz, del que se desprende la moraleja.
En la segunda sesión, prácticamente, se ocuparon todas las sillas de la biblioteca, aunque la presencia de alumnos que no habían leído los cuentos perjudicó el desarrollo del debate.
Una de los aspectos más criticados fue el final de “El gigante egoísta”, pues no se comprendía bien la referencia religiosa, que permite al protagonista obtener la salvación eterna. La explicación, en opinión de Lola, es que la sociedad conservadora y puritana de la época, así lo exigía, como sucede en “El príncipe feliz”, otro cuento de Óscar Wilde, donde un ángel le lleva a Dios las dos cosas más valiosas de la ciudad: el corazón de plomo del príncipe y la golondrina muerta, que habían ayudado a la gente más pobre.
De “El fantasma de Canterville” se comentó la presencia de todos los elementos de las novelas de terror: un fantasma; la casa, donde habita éste, alejada siete millas de la estación de ferrocarril más próxima; el clima espantoso, con tormentas frecuentes; la mancha de sangre junto a la chimenea; el viento soplando con fuerza, en el silencio de la noche; los ruidos de cadenas que se arrastran en el pasillo; etc.
La intención, con la que creó este cuento Óscar Wilde, de parodiar las narraciones de terror, nos llevó a establecer un paralelismo con El Quijote, escrito con la finalidad de ridiculizar las novelas de caballerías. Del mismo modo que Alonso Quijano es objeto, por ejemplo, de las burlas del ventero, el fantasma de Canterville es agraviado por la familia Otis, especialmente por los gemelos.
Tras esta parodia, se oculta un choque entre dos culturas diferentes, dos formas de entender la vida, dos clases sociales: de una parte, la nobleza británica, representada por lord Canterville; de otra, la burguesía americana, a la que pertenece la familia del ministro Otis.
Esta segunda sesión terminó de forma abrupta, cuando sonó el timbre del recreo. A los habituales del Club de Lectura nos quedaron algunas cosas en el tintero, que nos hubiera gustado comentar. En fin, ya nos resarciremos en la próxima reunión.
Como las III Jornadas de Teatro, organizadas por el IES Gran Capitán, se celebrarán entre el 8 y 10 de febrero de 2012, acordamos hablar, a la vuelta de vacaciones, sobre las obras incluidas en su programación:
“La mismísima piedra” de Ricardo Luna
“Historia del zoo” de Edward Albee
“Novecento” de Alessandro Baricco
La fecha probable para debatir sobre estas obras será el miércoles, 18 de enero, a las 18 horas, en la biblioteca. Podéis conseguir ejemplares de las mismas en vicedirección.
Nos despedimos con unos versos que Óscar Wilde escribió sobre sus amigos:
“Quiero amigos serios, de aquellos que hacen de la realidad su fuente de aprendizaje,
pero luchan para que la fantasía no desaparezca.
No quiero amigos adultos ni aburridos. Los quiero mitad infancia y otra mitad vejez.
Niños, para que no olviden el valor del viento en el rostro y viejos, para que nunca
tengan prisa.
Tengo amigos para saber quién soy yo(…)”
Os deseamos un año 2012 muy venturoso y lleno de amigos, que os ayuden a saber quiénes sois.
B. El Gigante Egoísta
1. Opinión breve sobre el cuento: si nos ha gustado o no y por qué.
2. Título: El gigante egoísta.
¿Nos parece adecuado? ¿Qué otros títulos se nos ocurren? ¿Son importantes los títulos en las obras literarias?
3. Punto de vista narrativo:
¿Desde qué punto de vista se cuenta la historia?
4. Estructura tripartita: introducción, nudo y desenlace.
¿Cómo comienza el cuento? ¿Qué situación de conflicto marca el inicio del nudo? ¿Cómo valoramos el desenlace? ¿Nos parece acertada la referencia al paraíso?
¿Qué otros cuentos tradicionales tienen una estructura similar?
5. Personajes:
• El gigante: ¿Cómo evoluciona? ¿Qué factores influyen? ¿Pueden experimentar las personas cambios como éstos?
• Los niños: ¿Cómo va cambiando?
6. Temas:
• Los sentimientos: el egoísmo y la bondad.
¿Tienen actualidad estos sentimientos? ¿Tendemos a preocuparnos más por nosotros mismos que por los demás?
• La sociedad: las normas.
¿Para qué son necesarias las normas? ¿Deben imponerse o explicarse?
• La religión.
¿Es importante para la vida? ¿Por qué?
7. ¿Qué moraleja se extrae del cuento?
C. El fantasma de Canterville
1. Opinión breve sobre el cuento: si nos ha gustado o no y por qué.
2. Título: El fantasma de Canterville.
¿Nos parece adecuado? ¿Qué otros títulos se nos ocurren?
3. Punto de vista narrativo:
¿Desde qué punto de vista se cuenta la historia?
4. Estructura tripartita: introducción, nudo y desenlace.
¿Cómo comienza el cuento? ¿Qué situación de conflicto marca el inicio del nudo? ¿Cómo valoramos el desenlace?
5. Personajes:
• Lor Canterville
• Mister Otis
• Mis Otis
• Washington
• Virginia
• Los gemelos
• Virginia
• Mis Umney
• El fantasma
¿En qué dos bloques pueden dividirse? ¿Cuáles son los rasgos que los caracterizan?
6. Temas:
• Los sentimientos: el miedo.
¿Lo experimentan todos los personajes? ¿Qué factores lo provocan? ¿Cuándo lo experimentamos nosotros?
• La sociedad:
– Diferencias culturales entre los países: ¿qué diferencias hay entre la aristocracia británica y la clase republicana estadounidense?
– Los gitanos: ¿¿Qué imagen se da de ellos en el cuento?, ¿qué imagen tenemos de esta etnia en la actualidad?
• Lo sobrenatural: ¿Qué diferentes actitudes adoptan los personajes ante los fenómenos sobrenaturales?
• La muerte: ¿cómo ve la muerte el fantasma?, ¿por qué puede ayudarle Virginia?
• La naturaleza: ¿en qué medida refleja los sentimientos de los personajes?
7. Elementos de las narraciones de terror:
¿Qué elementos propios de las narraciones de terror aparecen en el cuento?
¿Son aconsejables este tipo de narraciones para los lectores jóvenes?
8. Humor:
• ¿Qué tipo de obras parodia Óscar Wilde en “El fantasma de Cantarville? ¿Qué procedimientos utiliza?
• ¿Qué novelas se han escrito con una intención paródica?
La última sesión del trimestre del club de lectura, tendrá lugar el día 23 de diciembre, a las 9:15 h., en la biblioteca. Hablaremos sobre dos cuentos de Oscar Wilde:«El fantasma de Canterville»y «El gigante egoísta». Se trata de dos lecturas aptas para todo tipo de lector, incluidos los alumnos de 1º de ESO, a los que animamos a asistir a la sesión.
Todavía podéis conseguir una fotocopia de los dos cuentos en Vicedirección.
La del pasado martes fue una sesión propicia para explicar, al principio de la misma, cómo funciona el club de lectura, lo que habitualmente se da por sabido. La razón fue que contamos con la presencia de un amplísimo número de alumnos de 1º de ESO, que habían trabajado “El Principito” en la clase de Francés, con Susana, y en la de Lengua Española, con Paco.
A continuación, María contó la vida de Antoine de Saint-Exupéry, lo cual nos permitió establecer algunos paralelismos entre éste y el narrador-protagonista. Suele suceder que los autores ponen mucho de sí mismos en los personajes que crean. En el caso de “El Principito”, nos llamó la atención el hecho de que fuera publicada en 1943, justo un año antes de la muerte de Saint-Exupéry, en un accidente de aviación, como le sucede al protagonista de la novela.
En el turno de opiniones, le dimos la palabra, en primer lugar, para romper el hielo, a los alumnos que habían venido al club en otras ocasiones y, después, a los de 1º de ESO, que participaron activamente. La obra, en general, les había gustado, aunque por diferentes razones: por su lenguaje, aparentemente, sencillo; por el componente imaginativo del argumento; por la profundidad de su contenido; etc. Una de las alumnas, María, abundando en esto último, comentó que la había leído de pequeña, pero que, en esta segunda lectura, había descubierto a un principito desconocido y lleno de sabiduría.
La verdad es que la novela de Saint-Exupéry es más un tratado filosófico que una novela, porque apenas tiene acción y, en cambio, está llena de frases para pensar. Por eso, cuando se planteó si iba dirigida a niños o a adultos, nos inclinamos más por esta segunda opción. El propio autor, en su dedicatoria, queda esta cuestión deliberadamente ambigua, cuando dice: “A León Perth, cuando era niño”. Se refiere a que dedica su libro a todas las personas mayores, que guardan un niño dentro.
En cuanto a los personajes, nos centramos especialmente en la relación existente entre el aviador y el principito, pues cada uno le proporciona al otro lo que necesita: el primero le muestra al segundo la vida adulta, caracterizada por el materialismo, y éste le hace recordar y comprender a aquel el mundo de la infancia, lleno de sentimientos e imaginación:
“Las personas mayores aman las cifras. Cuando les habláis de un nuevo amigo, no os interrogan jamás sobre lo esencial. Jamás os dicen: “¿Cómo es el timbre de su voz? ¿Cuáles son los juegos que prefiere? ¿Colecciona mariposas?” En cambio, os preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?” Sólo entonces creen conocerle.
Lo que surge entre ambos es una verdadera amistad. Cuando ya se ha marchado el principito, el aviador cuenta su historia para no olvidarlo y también, con este mismo fin, se compra una caja de colores y lápices, para pintarlo una y otra vez.
Esta relación tan estrecha y complementaria nos recordó a otras grandes parejas de la literatura universal, como don Quijote y Sancho.
Los personajes que conoce el principito consideramos que, en conjunto, representan una muestra de los caracteres humanos. Varios de los asistentes señalaron al zorro como el más interesante, porque nos habla también de la amistad, que es uno de los grandes mensajes de la obra; de los lazos que unen a las personas; de cómo vamos descubriendo poco a poco lo más importante de los demás, en un proceso que él denomina “domesticar” y que culmina cuando las personas nos necesitamos las unas a las otras:
“Sólo se conocen las cosas que se domestican –dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen mercaderes amigos –qué gran verdad en los tiempos que corren- los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!”
También nos detuvimos en el Hombre de Negocios, que representa el afán de poseer las cosa materiales; en el Rey, que defiende un poder basado en la razón; en el Vanidoso, que representa la necesidad de ser admirado, tan extendida hoy día; en el Explorador, que olvida que la verdadera sabiduría se adquiere estando en contacto con la gente y la naturaleza; en el Guardagujas, que representa la vida condicionada por los horarios, sin disfrutar de las pequeñas cosas; en la serpiente, que significa la muerte como un hecho inevitable, que hay que afrontar con serenidad; etc.
Y con la serpiente llegamos al final del libro y de la sesión, pero el recuerdo del principito quedará con nosotros. Además, quién sabe, si algún día pasamos por el desierto donde apareció y miramos con atención el paisaje, exactamente debajo de la estrella, quizá llegue hacia nosotros un niño, con cabellos de oro; si no responde cuando se le interroga, adivinaremos que es él.
Nuestras más sinceras felicitaciones a los alumnos, particularmente a los que se quedaron hasta el final de la reunión (Óscar, Elena, Emilio, Margarita, Yoana, Antonio…). La verdad es que necesitábamos savia nueva y vosotros nos la habéis proporcionado.
De cara a la próxima reunión, sabiendo que vais a asistir, comenzaremos a ser felices, antes de la misma, y, cuanto más avance el tiempo y más nos aproximemos a esta, más felices nos sentiremos. Será una reunión diferente de las demás, como la que celebramos el pasado martes.