Esta reunión del Club de Lectura, que ha sido la tercera del curso, ha vuelto a estar muy concurrida, sobre todo por alumnos. Se ve que la novela es un género más accesible que la poesía y, en consecuencia, más adecuado para los lectores jóvenes.
Una vez concluida la presentación del autor por María Sajuán, pasamos al turno de opiniones sobre “El guardián entre el centeno”, donde una cuestión quedó clara desde el principio: se trata de una novela que despierta fobias y filias, pues unos lectores se fijan más en los aspectos negativos del protagonista: su engreimiento, ese estar por encima del bien y del mal, juzgando a los demás; y otros, en cambio, se quedan con los positivos: su inconformismo, ese ir contra corriente, que le hace cuestionar las tradiciones y los comportamientos hipócritas de la sociedad. Incluso hay algunos, entre los que me incluyo, que hemos pasado, por no se sabe qué circunstancias misteriosas, de odiarla, cuando la leí, por primera vez, hace ya bastantes años, a amarla, en la relectura que he hecho para la reunión de hoy.
Como en anteriores ocasiones, nos sorprendieron gratamente los juicios libres e inteligentes de los alumnos:
“Me gusta el lenguaje coloquial en el que está escrita, pues se parece al que utilizamos nosotros”
“Yo me identifico con Holden, cuando dice sentir odio hacia algunas personas, aunque sólo sea durante unos segundos, porque en el fondo las quiere”
“Es un personaje contradictorio que se permite el lujo de juzgar a todos los que le rodean, sin saber absolutamente nada de ellos”
También fue muy interesante la reflexión sobre el título de la novela, que nos llevó a la conclusión de que el protagonista se siente como un guardián entre el centeno, que evita la caída de los niños en el mismo abismo donde él se encuentra.
Scott, con su conocimiento de la cultura norteamericana, nos sacó de dudas sobre algunos pasajes, como el episodio en que el profesor Antolini acaricia la cabeza de Holden.
Elogiamos el sentido del humor de éste último, como una muestra más de su inteligencia, y que suele utilizar para criticar la superficialidad y la hipocresía de la sociedad burguesa.
Hubo controversia en torno a la finalidad que le impulsó a contar su historia: para unos pretendía mostrar lo que no se debe hacer; otros, en cambio, la interpretan como un desahogo existencial o todo lo más como una terapia para superar los problemas de inadaptación del personaje.
Sí coincidimos en la actualidad de la novela, inclusive, para algunos de los asistentes, mayor que en la época en la que fue escrita, a mediados del siglo XX. El pasotismo de Holden, el no interesarse por nada; pero, al mismo tiempo, disfrutar de una situación económica desahogada, parece que tiene su reflejo en algunos jóvenes de hoy día.
En fin, que pasamos un rato muy agradable conversando sobre “El guardián entre el centeno”. Incluso, en algunos momentos, nos permitimos digresiones, pues, como al protagonista, nos gusta cuando alguien se sale del tema; es más interesante.
Hay que agradecer muy especialmente a nuestra compañera Lola Pérez Ebrero su implicación en el Club de Lectura, para conseguir que cada vez vengan más alumnos.
La próxima reunión, el 28 de enero, jueves, a las 18 horas, en la biblioteca. Hablaremos sobre “La lluvia amarilla” de Julio Llamazares, una novela impecablemente escrita, en la que el último habitante de un pueblo abandonado del Pirineo aragonés nos abre de par en par las puertas de su memoria. Ya hemos encargado 15 ejemplares para el Club de Lectura, que podréis retirar en Vicedirección, a la vuelta de vacaciones. Pero el que quiera leer esta novela antes, puede encontrarla en cualquier biblioteca, mínimamente nutrida (por ejemplo, la de Lepanto), o comprarla, al módico precio de 6 euros (edición de bolsillo de Seix Barral). Un excelente regalo de Reyes.
Felices fiestas.