Habíamos elegido El rostro de la sombra de Alfredo Gómez Cerdá, con el fin de fomentar la participación del alumnado en el Club de Lectura, pero, como dice el refrán, nuestro gozo en un pozo, porque el pasado martes tan sólo asistió una alumna, Yoana, a la sesión especial que celebramos con motivo de la XXII Feria del Libro.
Esta novela encaja dentro de lo que denominamos literatura juvenil por varias razones:
- Los protagonistas son jóvenes.
- El lenguaje en que está escrita es sencillo y por tanto accesible a cualquier tipo de lector.
- La historia que cuenta engancha desde el principio, pues lo que deciden hacer Adrián, Borja y Claudio va atener unas consecuencias dramáticas imprevistas.
- La intriga se mantiene, a lo largo de la novela, porque los hechos se van desvelando poco a poco: las llamadas de Adrián a Nuria; el accidente de los padres de esta, cuyas circunstancias desconocemos; las sospechas de Reyes; etc.
- Los temas que plantea son de plena actualidad.
- Etc.
En la presentación del autor se destacó: su nacimiento en Madrid, en concreto en el barrio de Carabanchel, donde, además, se desarrolla la historia de El rostro de la sombra; sus estudios en el colegio Amorós, con los frailes, donde, según el propio Gómez Cerdá, se disponía de todo lo necesario para una buena educación, excepto una cosa: pegaban a los alumnos con cualquier pretexto, como era habitual en la dictadura franquista; sus inicios literarios, a través del teatro, ejerciendo él mismo como autor de la obra, director y actor principal; sus estudios de Filología Hispánica en turno de tarde, mientras trabajaba por las mañanas; su dedicación exclusiva a la literatura, desde que consiguió el premio “El Barco de Vapor”, con un cuento para niños “Las palabras mágicas”, cuando tenía treinta años; y la publicación de más de ochenta libros, que han sido traducidos a diferentes lenguas.
Sin embargo, lo que más nos interesó de Alfredo Gómez Cerdá es su faceta de autor al que le gusta estar en contacto con sus lectores. En concreto, evocamos la visita que nos hizo en el año 1996, a través del Proyecto “Lectores y autores en las Aulas”, como colofón a la lectura de su novela El beso de una fiera. Lo recordamos como una persona educada y receptiva a las preguntas de los alumnos y alumnas de 3º de ESO, a quienes descubrió los entresijos de la creación literaria.
A partir de estos presupuestos, sobre todo de que El rostro de la sombra es una novela escrita para jóvenes, afrontamos la sesión del Club de Lectura. La conversación se desarrolló, como los cantes de ida y vuelta: de los temas que aparecen en la novela a sus referentes reales y de estos a aquellos. Así, nos preguntamos hasta qué punto es creíble la acción que llevan a cabo los tres protagonistas, teniendo en cuenta que viven desahogadamente y son brillantes alumnos de 1º de Bachillerato. Llegamos a la conclusión de que, en general, la conducta violenta de los jóvenes, aunque quizá sea más frecuente en aquellos que pertenecen a familias desestructuradas y con dificultadas económicas, es un fenómeno que está por encima de esto. Se apuntaron dos causas como posible explicación:
- El consumo compulsivo de alcohol durante los fines de semana, imitando una costumbre muy arraigada en los países del centro y del norte de Europa, como Alemania, Inglaterra o Suecia. En este sentido, comentó Pepa las diferencias de estos jóvenes con nuestra generación, para quien el consumo moderado de alcohol era un estímulo para conversar y conocerse mejor.
- Y la confusión del mundo virtual de los videojuegos, donde la violencia se ejerce de forma arbitraria y gratuita, con el mundo real, donde los actos violentos, como sucede en la novela, pueden tener unas consecuencias dramáticas.
No obstante, se insistió en la importancia de la educación, tanto en la familia como en el colegio o el instituto, particularmente en el primero, porque, como dice otro refrán «al arbolito desde pequeñito», para corregir estos comportamientos. Sí, es verdad, como señaló Ana, que la propensión a la violencia es algo impredecible, pues los alumnos, aparentemente más sensatos y equilibrados, son los que a veces la manifiestan. Recordó Carmen el caso de José Bretón, alumno callado e introvertido, en un instituto cercano al nuestro, que con el tiempo se ha convertido en un asesino frío y calculador.
Nos preguntamos si hay límites en la defensa de la familia; si nos parecía ético el comportamiento del padre de Adrián, cuando intenta culpar a los amigos de éste, y si actuaríamos del mismo modo, en el caso de encontrarnos en una situación similar. Nuestra respuesta fue que quizá en un primer momento podríamos pensar en la defensa a ultranza de la familia; pero después, analizándolo en frío, la razón acabaría imponiéndose, entre otras razones, porque no podríamos vivir con los remordimientos.
Sobre los personajes, se comentó que carecen de complejidad, pues responden más o menos a estereotipos. Así, de los tres amigos, Adrián representa al malo, pues es quien trama el atentado, que acaba costando la vida a la madre de su novia; Claudio es el bueno, que desde un principio intenta evitarlo; y Borja se sitúa en un punto intermedio, ya que evoluciona desde su sumisión a Adrián, al que considera un líder, hasta el enfrentamiento con éste y la defensa de sus propias ideas.
Sin embargo, el personaje modélico, y quizá por esto poco creíble, es Reyes, que se comporta con una madurez y un sentido de la justicia, impropios de su edad. En ella está la clave para la resolución del caso, ya que es quien, desde un primer momento, sospecha de su hermano. La forma en que éste la presiona, acusándola de lo que él y sus amigos habían hecho provoca un especial malestar en el lector, como señaló Antonio.
La verdad es que no pensábamos que la sesión dedicada a esta novela juvenil iba a dar tanto juego, entrando y saliendo de ella continuamente.
Echamos de menos a muchas personas: a los padres y las madres, al alumnado, a María Sanjuán y, muy especialmente a Lola.
Próxima lectura: Si esto es un hombre, libro que está leyendo el alumnado de 1º de Bachillerato y en el que Primo Levi cuenta su terrible experiencia en un campo de concentración nazi. Hablaremos de él el martes, 6 de mayo, a las 18 horas. La Biblioteca del centro dispone de ejemplares para quien quiera leerlo en formato impreso.