En esta frase resumió Miguel la obra Arte, de la que hablamos ayer miércoles, en el Club de Lectura del instituto; y algunos estuvimos de acuerdo con él, porque, cuando Sergio, Marcos e Iván, los tres personajes que la protagonizan, empiezan a decir lo que, en verdad, piensan sobre cada uno de ellos la amistad se desmorona, como un castillo de naipes.
Antes, el propio Miguel presentó a la autora, Yasmina Reza, actriz, novelista y dramaturga francesa, nacida en 1959, cuyos padres son de ascendencia judía. Estudió teatro en la Universidad de París X Nanterre y en la Escuela de Jacques Lecoq. Trabajó como actriz y debutó como escritora con Conversaciones tras un entierro (1987). Este texto y otros, como La Travesía Del Infierno (1990) o El Hombre Del Azar (1995), la han convertido en una de dramaturga de gran prestigio en Francia. Mezcla el drama con la tragicomedia, la sátira con la autobiografía, y tiene influencias de Dostoievski, Fitzgeralld, Beckett y Chejov. Otras obras teatrales, además de Arte (1994), son: Tres versiones de la vida (2000), Una comedia española (2004) y Un dios salvaje (2007), esta última llevada al cine por Roman Polanski. Tiene publicadas también novelas, como Hammerklavier (1997), Una desolación (1999), Adam Haberberg (2003) y En El trineo de Schopenhauer (2005); guiones cinematográficos y ha dirigido la película, “Chicas” (2010). Ha recibido los premios más prestigiosos de teatro: el Molière, el Tony el Laurence Olivier y el Theater Houte.
En el turno de opiniones breves sobre Arte, un número significativo de asistentes coincidió en que la idea de la fragilidad de las relaciones de amistad, que quiere transmitirnos Yasmina Reza, es interesante, pero que apenas la desarrolla. Así se manifestaron el propio Miguel, Mª Carmen y Benito, a quien no había entusiasmado la obra, aunque reconocía que cada uno de nosotros tiene algo de los tres personajes. A Víctor éstos, particularmente Sergio y Marcos, le habían recordado a los yuppies, término que se utilizó a finales del siglo pasado en Estados Unidos, para referirse a los jóvenes ejecutivos de la clase media alta, de entre 20 y 40 años de edad, que tendían a valorar más lo material. Añadió una frase que le había llamado la atención en boca del segundo de estos personajes: “En materia de relaciones humanas, la tolerancia es el mayor de los defectos”.
Lola, que le encontraba a la obra ecos del teatro del absurdo, reconoció que le había costado leerla, porque tenía la impresión de que no avanzaba. Carmen consideró que ver la representación le había ayudado a entenderla y que, en cualquier caso, le parecía mejor para debatir que para leer. A Justo no le había emocionado, porque, en su opinión, está escrita en un lenguaje poco literario y, sobre todo, porque no existe empatía entre los tres personajes, que, además, están poco definidos. Enrique estaba convencido de que el debate que tendríamos se iba a desarrollar, a pesar de la obra, cuya mejor virtud es la brevedad.
María confesó que la lectura no le había conmovido especialmente, aunque tenía la seguridad de que la representación de Arte debía ser una experiencia completamente diferente. A Inés, que sí la había visto representada, le parece una obra divertidísima y, nos leyó una de las definiciones que había encontrado sobre ella: “Una sátira mordaz sobre la amistad”. Finalmente, Rocío, una alumna de 1º de Bachillerato, reconoció que no la había leído, pero que asistía a la sesión, porque le interesaba mucho el mundo del arte.
En el debate propiamente dicho, mencionamos el cuadro en el que se inspira Yasmina Reza: “Blanco sobre blanco” de Malevich, que supuso la cumbre del Suprematismo, movimiento que se caracteriza por la abstracción máxima. La luz se reduce al color blanco y el espacio a dos planos que son dos cuadrados en tonos diferentes. El segundo, situado en el interior del primero, es levemente azulado y está inclinado, como queriendo salir al exterior. Expresa pues el movimiento, o la sensación pura de movimiento.
Hablamos de los dos temas principales que aparecen en la obra: el arte y la amistad.
Sobre el primero, nos planteamos algunas preguntas a las que, entre todos, fuimos respondiendo:
¿Qué diferencia lo que es arte de lo que no es?
Coincidimos en que sobre todo debe emocionar, así se ha considerado tradicionalmente. No obstante, desde la exposición, en 1917, de La Fuente de Marcel Duchand, que es en realidad un urinario puesto al revés, cualquier objeto de la vida cotidiana, sacado de su contexto habitual, se puede considerar una obra de arte.
¿Tiene más valor una obra por el precio que pagamos por ella que por la emoción que nos suscita?
Respondimos que, en un mundo tan mercantilizado, como en el que vivimos, el valor del dinero está por encima de todo, y de hecho, en el caso de Sergio, quizá sea así, porque insiste más en lo que ha pagado por el cuadro, que en la emoción que le suscita.
¿El arte es sólo negocio? ¿Un cuadro vale lo que se paga por él?
El precio de una obra de arte -comentamos-, en principio, se basa en elementos objetivos: sus dimensiones, el prestigio del autor, la época, la técnica, el estado de conservación… Dice en un momento determinado Iván, dirigiéndose a Marcos con respecto al cuadro adquirido por Sergio: “sabes perfectamente que el precio está en función de la fama del pintor”.
Pero también pueden influir factores subjetivos, como el valor sentimental que tiene para el comprador. Y en cualquier caso, cuanto más conocida sea una obra de arte, más deseable es y mayor será su precio en el mercado.
Para Sergio el cuadro que ha comprado vale lo que ha pagado por él; en cambio, Marcos sostiene justamente la opinión contraria: “Yo no creo en los valores que rigen el arte de hoy… La ley de la novedad. La ley de la sorpresa… La sorpresa es una cosa muerta. Muerta apenas concebida”.
¿Es elitista el arte contemporáneo? ¿Se necesita una guía para comprenderlo e interpretarlo?
Estuvimos de acuerdo en que, dado que no es figurativo, porque apenas hay referencias a la realidad, resulta difícil explicarlo con palabras sencillas y se suele recurrir, o suelen recurrir los especialistas, a una terminología específica de acceso restringido.
No obstante, conocer la vida de un artista o lo que pretende expresar con sus obras nos puede ayudar a entender bastante estas. Por ejemplo, los palanquines negros cubiertos de una caja cerrada de Pepe Espaliu los apreciamos en todo su valor, cuando conocemos su historia triste de enfermo de Sida marginado por la sociedad y encerrado en su mundo.
También sobre la amistad nos formulamos algunas interrogantes, a las que igualmente contestamos:
¿Consiste en decir siempre la verdad?
Se ha expuesto al principio de la crónica: en esta obra se observa que, cuando los personajes dicen lo que piensan de los demás, empiezan a surgir problemas que ponen en peligro sus relaciones de amistad. De hecho Yasmina Reza nos muestra justamente estos momentos de negrura, donde salen a relucir los celos, las envidias y los defectos de los supuestos amigos, hasta el punto de que no saben por qué la mantienen.
¿Cómo se revela la fragilidad de la amistad?
Se revela a partir de un hecho aparentemente trivial: la decisión de Sergio de adquirir un cuadro abstracto, que provoca una discusión con Marcos, en la que éste ve socavada su condición de líder, mientras que aquel ve reforzada su condición de persona independiente, con gusto e interés propios. En el fondo -concluimos- es una lucha por el poder entre ambos.
En el análisis de los rasgos que caracterizan a los personajes, se comentó lo siguiente:
- Marcos es Ingeniero Aeronáutico y se muestra incrédulo con respecto al arte contemporáneo, sardónico, categórico, autosuficiente e impulsivo hasta la impertinencia. Está convencido de que su amigo Sergio tiene que pensar como él, que no concede ningún valor al cuadro adquirido por éste. Evoluciona hacia una cierta tolerancia y amabilidad, aunque quizá sean fingidas.
- Sergio es un Dermatólogo divorciado y aficionado al arte contemporáneo, aunque no tiene un profundo conocimiento sobre el mismo. Se deja llevar por lo que dicen los entendidos, al comprar el cuadro, que para él es una forma de invertir en belleza y en prestigio. Además, esta adquisición va a suponer -como se ha dicho- una forma de afirmar su independencia y gusto propio, con respecto a Marcos, del que hasta ahora, de alguna forma, había dependido.
- Iván trabaja en un papelería y se encuentra en un punto intermedio entre Sergio y Marcos, porque, aunque el cuadro que ha comprado el primero no le gusta, tampoco lo detesta. No toma partido, para no incomodar a ninguno de los dos amigos; pero esta actitud de no decir nunca lo que piensa, le acabará convirtiendo en víctima de ambos. En su vida personal, proyecta un matrimonio con Catalina, una mujer con la que choca continuamente y que no parece augurarle felicidad. Con el paso del tiempo, y a tenor de lo que dice en el monólogo final, cuando ya está casado, evoluciona hacia una actitud más apasionada: “En realidad, ya no soporto ningún discurso racional, todo lo que ha hecho que el mundo sea mundo, todo lo que ha sido bello y grande en este mundo, no ha nacido nunca de un discurso racional.”
En cuanto al género literario en que se puede encuadrar Arte, coincidimos en que tiene aspectos propios de la comedia, como las numerosas situaciones que nos hacen reír; pero también de la tragedia, pues supone -como ha señalado la propia Yasmina Reza- la demolición de unas relaciones de amistad. De hecho, el final, aunque parezca feliz, no lo es en realidad, si nos fijamos en los tres monólogos con los que se cierra la obra:
Iván está triste, porque no se considera amado. Además, tiene propensión a llorar desde que escuchó, en una cena de los tres amigos, la expresión “periodo de pruebas”, para referirse a la reconstrucción de la relación de amistad entre ellos destruida por los acontecimientos.
Sergio miente a Marcos, al asegurarle que ignoraba que la tinta del rotulador era lavable, cuando sí lo sabía, y empieza así con una mentira esta nueva etapa de su relación con él.
Y Marcos siente perdida la amistad con Sergio. Por eso, se ve a sí mismo como un hombre que desaparece, cuyo mundo se vuelve opaco y melancólico, tal como el esquiador que había pintado sobre el cuadro de Sergio.
Para finalizar la sesión, comentamos algunos aspectos relativos al estilo y a la técnica dramática utilizada por Yasmina Reza: los diálogos se suceden con agilidad y fluidez; los numerosos monólogos, que nos dan a conocer lo que piensan los personajes, algunos de los presentes entendimos que le restan continuidad y ritmo a la obra, aunque depende de cómo se resuelvan en la puesta en escena; y la decoración, austera y neutra, nos pareció la más adecuada para una obra que da absoluta prioridad al conflicto entre los personajes.
Próxima lectura, a propuesta de María: Muerte de un viajante de Arthur Miller, de la que hablaremos el 21 de mayo, lunes, a las 17 horas, en la Biblioteca del centro.