Guión para «Maus»

MAUS
Art Spiegelman

GUIÓN PARA LA SESIÓN DEL CLUB DE LECTURA
(8 de junio, miércoles, a las 19 horas)

1. Presentación del autor.
2. Opinión breve sobre el libro: si nos ha gustado o no y por qué.
3. Título y subtítulo.
4. Género al que pertenece: idoneidad, diferencias con otras obras que han abordado el tema del holocausto.
5. Espacio y tiempo
6. Estructura:

6.1. Externa.
6.2. Interna: analepsis y prolepsis.

7. Personajes:

• Vladek
• Art
• Mala
• Anja
• Françoise Mouly

8. Simbolismo de los animales.
9. Temas:

9.1. La discriminación y represión de los judíos:

• “Sin duda los judíos son una raza, pero no humana” (Hitler)
• “Las madres decían: cuidado que un judío te meterá en un saco y te comerá” (151).

9.2. El racismo de los nazis y del propio Bladek.
9.3. La supervivencia: factores que la propician.
9.4. La vejez y sus consecuencias.
9.5. La relación tensa entre padre e hijo: religión, conflicto generacional, diferentes formas de acercarse a la historia.
9.6. El machismo.
9.7. La creación artística como forma de superar una experiencia traumática.
9.8. La metaliteratura: reflexiones de Art sobre el propio proceso de creación.

10. El texto: registro lingüístico predominante.
11. Las imágenes: tipo de dibujos.
12. Relación entre imagen y texto: complementariedad, redundancia, contraste.
13. Próxima lectura.

El genio de Oscar Wilde

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Aunque hubo valoraciones diferentes sobre La importancia de llamarse Ernesto, todos los asistentes a la sesión del club de lectura del jueves pasado coincidimos en el genio de Oscar Wilde, particularmente en su originalidad y su capacidad lingüística, lo cual se puede apreciar en este fragmento del tercer acto, que leímos en la reunión:

“CECILIA: (…) Y esta es la cajita donde guardo todas sus amadas cartas. (Se arrodilla ante la mesa, abre la caja y enseña unas cartas atadas con una cinta azul.)
ALGERNON: ¡Mis cartas! ¡Pero mi encantadora Cecilia, si yo no le he escrito a usted jamás ninguna carta!
CECILIA: No necesita usted recordármelo, Ernesto. Demasiado bien sé que he tenido que escribirlas por usted. Escribía siempre tres veces por semana y algunas veces más.
ALGERNON: ¡Oh! ¿Me deja usted que las lea?
CECILIA: ¡Imposible! Se pondría usted demasiado engreído. (Vuelve a colocarlas en la caja) Las tres que me escribió usted después de que reñimos son tan hermosas y con tan mala ortografía, que aún ahora mismo no puedo leerlas sin llorar un poco.
ALGERNON: ¿Pero es que hemos reñido alguna vez?
CECILIA: Claro. El día 22 del pasado marzo. Puede usted verlo aquí anotado, si quiere. (Enseñándole el diario) Hoy he roto con Ernesto. Comprendo que es preferible esto. El tiempo, hasta ahora, continúa encantador.”

En este sentido, José David, que había leído la obra en inglés, se preguntaba si los demás que lo habíamos hecho en español, habíamos apreciado todos los matices y juegos de palabras que utiliza Oscar Wilde.

 

La sesión propiamente dicha comenzó con la presentación del autor, como siempre, a cargo de María, quien recordó que La importancia de llamarse Ernesto, considerada su obra maestra, es la tercera del mismo que comentamos en el club de lectura. La primera fue El fantasma de Canterville y la segunda Salomé.

Oscar Wilde nació en 1854, en Dublín, en el seno de una familia de intelectuales. Aprendió desde joven francés y alemán, y se licenció, con las mejorares calificaciones, en estudios clásicos por la Universidad de Oxford. Profesó el esteticismo, doctrina del arte que exalta la belleza, frente a la fealdad y el materialismo, que caracterizó la época industrial. Era conocido por su mordacidad, por su forma de vestir extravagante y por su brillante conversación. Cuando se encontraba en el apogeo de su fama, como escritor, cometió el error de demandar al padre de su amante por difamación, pues le había acusado públicamente de sodomita. Hubo juicio, donde Wilde esgrimió la amoralidad del arte como defensa; pero fue declarado culpable de indecencia grave y condenado a dos años de trabajos forzados. Su estancia en la cárcel fue devastadora (“Yo entré a la prisión con un corazón de piedra y pensando tan sólo en mi placer; pero, ahora mi corazón se ha roto…”), pues, después de salir de ella, no levantó cabeza: fue abandonado por su mujer e hijos, y no pudo continuar la relación con su amante, Alfred Douglas, porque las respectivas familias les amenazaron con cortarles los fondos. Murió en París, con tan solo 46 años, en la más completa miseria.

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Benito confesó haber estado influido por la biografía de Oscar Wilde, al leer La importancia de llamarse Ernesto. Añadió que la doble vida que se vio obligado a llevar, a causa de su homosexualidad, se refleja en la obra, donde tanto Jack como Agernon se inventan sendos personajes para poder tener un comportamiento diferente al admitido por la sociedad. Comentó igualmente las represalias que habían sufrido muchos artísticas y científicos homosexuales, como el matemático Allan Turing, que cincuenta años después que Wilde, fue condenado por indecencia grave y perversión sexual. El tribunal le dio a elegir entre la prisión y la castración química. Escogió esta segunda, pero las alteraciones físicas que le produjo fueron tan terribles que acabó suicidándose.

José David valoró por encima de todo la actitud provocadora de Oscar Wilde, quien, de esta forma, activa el pensamiento de los que le leen o asisten a la representación de sus obras:

“No tengo otra cosa que declarar que mi genio” –declaró en la aduana en uno de sus viajes a Estados Unidos.

Víctor recordó a otros artistas provocadores, como Salvador Dalí:

“Seré un genio, y el mundo me admirará. Quizá seré despreciado e incomprendido, pero seré un genio, un gran genio, porque estoy seguro de ello.”

Lola, en esta misma línea, destacó el espíritu iconoclasta de Wilde, pues tanto en su vida como en su obra fue a contracorriente, es decir, se opuso a las normas y conductas establecidas, lo cual enlaza con su defensa del esteticismo.

María Jesús se preguntó cómo una obra que pone de manifiesto el cinismo y la hipocresía de la clase alta británica, como La importancia de llamarse Ernesto, no fue prohibida. La respuesta está en la vía que utilizó para llevar a cabo su crítica, el humor, que siempre es más tolerado por la sociedad.

Enrique confesó que no había disfrutado con la obra, que no le había hecho ninguna gracia y que no reconocía la crítica social de Wilde, el cual se limita a mostrar las cosas tal y como eran en aquella época. Inés compartió, en líneas generales, esta opinión.

José Manuel manifestó que las obras de teatro están hechas para ser representadas, no para ser leídas, y que le hubiera gustado ver una representación de La importancia de llamarse Ernesto.

Nos detuvimos a analizar la estructura clásica de la obra: primer acto, donde se plantea el doble conflicto de Jack y Agernon, que se inventan sendos personajes, Ernesto y Bunbury, para justificar su comportamiento amoral; segundo acto, en el que hábilmente se establecen relaciones entre las dos acciones, hasta hacerlas confluir en una sola; y el tercer acto, donde asistimos a un desenlace verdaderamente ingenioso, con la revelación del secreto, que guardaba desde hace muchos años, por parte de Miss Prisma.

En cuanto a los temas, además de la hipocresía de la clase alta británica, comentamos:

• Los matrimonios por interés, que eran los característicos de aquella época:

Lady Bracknell, en principio no ve claro el enlace de su sobrino con Cecilia, porque piensa que esta carece de recursos y no pertenece a la alta sociedad; pero, cuando se entera de que es hija de un rico propietario, cambia de actitud y la considera un partido perfecto para Algernon.

• Las diferencias sociales:

El protagonista pertenece a una clase social alta y su criado Lane, a una clase social baja. Al primero no le interesa la vida familiar del segundo, cuando éste le cuenta que ha estado casado una vez:

“ALGERNON. (…) No sé si me interesa mucho su vida familiar, Lane.
LINE. No, señor, no es un tema muy interesante. Yo nunca pienso en ella.”

• El machismo, pues la mujer es considerada como un mero objeto sexual:

“JACK. (…) Amigo mío, la verdad no es en absoluto lo que se dice a una muchacha bonita, agradable e inteligente (…)
ALGERNON. La única manera de tratar a una mujer es hacerla el amor, si es bonita, o hacérselo a otra, si es fea.”

• Los ritos sociales, que son ridiculizados en clave paródica:

El té de las cinco, la petición de mano, la autorización de los padres, las visitas de compromiso, la etiqueta en la mesa, el luto.

• La importancia del nombre en la persona:

Se aprecia en el propio título de la obra, que se presta a un juego de palabras: “Ernest”, como nombre propio, y “ernest”, como adjetivo, con su significado en inglés de serio y formal. En este sentido, la insistencia por parte de Gundelina y Cecilia en que sus pretendientes se llamen Ernest, pone de manifiesto la importancia que se daba a las apariencias en la sociedad británica.

Coincidimos en que la mayor parte de los problemas que son objeto de crítica por parte de Oscar Wilde (la hipocresía, la importancia de las apariencias, el poder del dinero, las diferencias sociales…) siguen dándose en la sociedad de hoy día.

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Sobre los personajes, comentamos su escasa caracterización, pues apenas hay rasgos diferenciadores entre los mismos: Agernon y Jac, se presentan como dos hombres ociosos, preocupados por su vestimenta y dedicados a los placeres; Gundelinda y Cecilia, son dos mujeres caprichosas, que pretenden por encima de todo conseguir sus deseos.

Quizá el personaje más definido sea Lady Brackel, que aparece como la responsable de que las normas sociales funcionen. Su cinismo alcanza el máximo nivel, cuando dice de su sobrino, destacando lo buen partido que es: “No tiene nada, pero lo aparenta todo. ¿Qué más se puede pedir? Lo importante es aparentar, aunque no se sea”.

En resumen, La importancia de llamarse Ernesto es una obra que refleja el talento literario de Oscar Wilde, pero que suscitó división de opiniones entre los asistentes a la sesión del pasado jueves, en especial, porque el sentido del humor, que exhibe su autor, precedente claro del teatro del absurdo, no fue valorado por todos de la misma forma.

Próxima lectura, a propuesta de María y apoyada incondicionalmente por José David: Maus de Art Spigelman, nuestra primera incursión en el cómic. Hablaremos de ella el 8 de junio, miércoles, a las 19 horas. Por cierto, hay ejemplares para quien desee leerla en la Biblioteca.

Inés y la alegría

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Este es el título de una novela de Almudena Grandes, pero también lo es de esta crónica de la sesión que dedicamos ayer a los poemas de los hermanos José Antonio y Miguel Labordeta, porque la llegada de Inés dinamizó la reunión, descubriéndonos una dimensión poética del primero, plena de sentimiento y capacidad para captar el alma humana. Nuestra compañera citó, en primer lugar, la letra de la canción “La vieja”, donde el cantautor aragonés expresa el dolor de una mujer mayor, mientras espera el regreso de sus hijos ausentes, que han emigrado en busca de una vida mejor:

“Siempre te recuerdo «Vieja»
sentada junto al portal
acariciando la lumbre
la cadiera y el pozal.
La tristeza de tus ojos de tanto mirar
hijos que van hacia Francia
y otros hacia la ciudad.
El Miguel dice que va bueno
y parió la del Julián.
Tú te quedas con tus muertos
rezándole sin parar
pensando que en esta vida
solo se puede llorar.
Siempre te recuerdo «Vieja»
sentada junto al portal,
repasando antiguas mudas
que ya nadie se pondrá.
El cierzo de los otoños vas a buscar
palabras desde la Francia o desde la ciudad.
Miguel cayó del andamio
y parió la del Julián.
Tú, tus mitos y tus penas
huyen barbecho y erial,
cubren los viejos olivos
con tu densa soledad.
Siempre te recuerdo «Vieja»
zurciendo la eternidad
con tus palabras menudas
ocultando la verdad.
Miguel murió en el andamio
y los chicos del Julián,
al final de aquel verano,
volvieron a la ciudad;
a ti te enterramos pobre,
como debía pasar.
Al lado de tu marido
tus padres y el sacristán,
que loco ante las campanas
se desguazó ante el altar.
Siempre te recuerdo «Vieja»
nunca te podre olvidar
eternamente paciente sufriendo sin más ni más.”

Inés nos reveló que canciones como esta las tenía grabadas en su memoria, porque ella había nacido en un pueblo y le sorprendía la capacidad de José Antonio, que se había criado en una ciudad, para describir la dureza de la vida rural, con palabras sencillas y precisas.

También mencionó su identificación con el poema “Tu voz”, porque ella, a pesar de estar ausente de Castilla, durante muchos años, por razones de trabajo, no había perdido nunca su acento:

“Tu voz, siempre tu voz
en el cotidiano gesto
de las hojas cayéndose en otoño.
Y te pregunto: ¿me recuerdas
aún en mi añoranza?
Siempre tu voz
en los espejos de tu infancia”

Y, cómo no, se refirió al “Canto a la libertad”, sobre todo porque Labordeta sabe transmitirnos el amor a los demás, el sentimiento de fraternidad:

“Habrá un día en que todos
Al levantar la vista
Veremos una tierra
Que ponga libertad

Hermano aquí mi mano
Será tuya mi frente
Y tu gesto de siempre
Caerá sin levantar
Huracanes de miedo
Ante la libertad

Haremos el camino
En un mismo trazado
Uniendo nuestros hombros
Para así levantar
A aquellos que cayeron
Gritando libertad

Habrá un día en que todos
Al levantar la vista
Veremos una tierra
Que ponga libertad
(…)

Antes de la llegada de Inés, Carmen había recordado algunos datos biográficos comunes a los dos hermanos: su nacimiento en Zaragoza, ciudad que les influyó de forma decisiva; la Guerra Civil, que les afectó negativamente a ambos; las figuras de su madre, una mujer poco afectuosa y hermética, pero pragmática y entregada completamente a su familia, y de su padre, un hombre que permanecía mucho tiempo en silencio, quizá porque, en plena dictadura franquista, sus ideas liberales y progresistas, le obligaban a ello; etc.

A Lola, quizá a causa de estas desgraciadas circunstancias personales, la poesía de José Antonio le parecía, en general, pesimista, impregnada de existencialismo y con la presencia constante del paso del tiempo, lo cual le había recordado a la novela “La lluvia amarilla” de Julio Llamazares y a la poesía de Jorge Manrique. Sin embargo, desde el punto de vista formal, echaba en falta en ella la belleza propia de la literatura.

El propio Labordeta en su poema “Escribo estas palabras” reconoce sus limitaciones como poeta, en comparación con su hermano Miguel:

“Escribo estas palabras
sobre la misma mesa
en que lo hizo mi hermano Miguel.
Él escribía poemas de argonautas
y yo los busco
en la papelería de al lado de mi casa.
Su mundo se descubre
en el cajón corrido
y el mío se queda solo
en el pequeño cuarterón
de la casa de estar.
He aquí la diferencia
Entre un poeta y un versificador sentimental.”

Benito, en este sentido, comentó que José Antonio, primero, es cantautor y, después, poeta, y que ese prosaísmo, que comentábamos, es reconocible también en las letras, por ejemplo, de Bob Dylan. Sus poemas –resumió con acierto- son en realidad letras a la espera de una música.

No obstante, Carmen destacó la calidad de algunos de sus poemas, que le parecen maravillosos, como: “Ella” donde evoca a su madre y cómo la ha visto poco a poco envejecer; “El espejo”, donde se ve a sí mismo, a lo largo del tiempo; “La vieja chaqueta”, donde expresa la felicidad que le produce esta prenda de vestir, tanto cuando la lleva puesta, como cuando la contempla colgada en el respaldo de la silla:

“La vieja chaqueta, la más vieja,
esa con la que me paseo por mi casa
en las noches fantasmas
de insomnios juveniles
la siento tan en mí, tan cotidiana,
que, a veces, la confundo
con mi propio entramado personal

y, en vez de retirármela en silencio,
me abotono la piel
sobre mí mismo y me siento feliz
de ver cómo la vieja chaqueta,
la más vieja, es casi la epidermis
cotidiana con la que uno crece
cada día.
Por las noches,
reposando en el respaldo de la silla,
es como un algo de mí
que, vigilante,
aguza los sentidos para guardar mi sueño
estremecido.”

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Son poemas que sugieren más que lo que dicen, como la buena literatura, y que, si hubiera que situarlos en alguna corriente, habría que hacerlo en el existencialismo de lo cotidiano.

Carmen también se preguntó por qué llegan tanto las canciones de José Antonio Labordeta, por qué se identifica la gente con ellas. La respuesta, en su opinión, hay que buscarla en un libro sobre musical tradicional aragonesa, que cayó en sus manos, cuando era joven, y que leyó continuamente durante un verano entero. Esta lectura hizo que sus canciones se impregnaran de los temas y ritmos característicos de este tipo de música enraizada en el pueblo.

Finalmente, comentamos sus valores humanos, en especial su integridad y su compromiso social. Benito recordó que, cuando visitamos Zaragoza, todo el mundo le conocía y le apreciaba, no sólo como cantante sino sobre todo como persona. María, abundando en esta dimensión, mencionó una frase que le había escuchado al propio José Antonio, en una de sus numerosas entrevistas: “Mi suegra me decía que servía para puta, porque no sé decir que no”.

Con respeto a Miguel Labordeta, coincidimos en su excelencia como poeta y leímos y comentamos, quizá el poema que mejor refleja el pesimismo existencial que atraviesa toda su obra:

“En lo alto del Faro,
viendo ir y venir a las pobres gentes
en sus navegaciones de un día.
En lo alto del Faro,
contemplando el abismo de las criaturas
y el vértigo de los astros.
En lo alto del Faro,
escuchando llegar a los rostros futuros
y oyendo en lo hondo de las aguas
las voces de los muertos.
En lo alto del Faro,
amando,
sabiendo que el amor es un fracaso,
y cantando,
sabiendo que su canto no ha de ser comprendido.
Vestirse, alimentarse,
ganarse el pan de cada día,
discutir de las cosas banales,
endomingarse como cada cual
y hacer el amor a una dulce estudiante,
como cualquier empleado de Banca.

Y sin embargo,
velar largamente en duelo,
oír en los silencios
el ritmo pavoroso de los tiempos,
acariciar la marea de las edades inmensas,
rompiéndose en quejidos y maravillosas melodías
contra el humilde corazón infortunado
en lo alto del Faro.
En lo alto del Faro,
mientras todos se emborrachan en los festines,
o corroen su envidia en las duras jornadas de trabajo,
o acaso buscan sus puñales secretos
para degollar al niño desconsolado que ellos fueron,
la mirada rauda de visiones
persigue el rumbo,
en intemperie desconsolada y altiva de los navíos futuros.
Y preguntar a la sangre el porqué del olvido
e indagar las primaveras que nacen del sollozo terrestre
y la melancolía que hila el atardecer solitario de los cielos.
Acariciándolo todo, destruyéndolo todo,
hundiendo su cabeza de espada en el pasmo del Ser
sabiendo de antemano que nada es la respuesta.
En lo alto del Faro.
La voz del poeta.
Incansable holocausto.”

El poeta, desde lo alto del faro, desde su torre de marfil, contempla la existencia de las personas que le rodean y se contempla a sí mismo, refugiado en su amor fracasado y en su poesía. Además, tiene conciencia de que sus versos no van ser comprendidos, por lo que se siente desilusionado también como poeta, mientras se acerca poco a poco la muerte.

Concluimos la sesión, constatando una coincidencia básica en las obras poéticas de los dos hermanos Labordeta: la fusión de la situación personal de cada uno de ellos con la historia colectiva de España, que es contemplada por ambos con tristeza y desagrado, sobre todo a causa de la Guerra Civil y la dictadura franquista, que les impidió realizarse plenamente como personas.

OBSERVACIÓN IMPORTANTE: La sesión pendiente sobre “La importancia de llamarse Ernesto” de Óscar Wilde, se celebrará el jueves, 5 de mayo, a las 19h.

Próxima sesión: poemas de José Antonio y Miguel Labordeta

La próxima sesión del club de lectura la dedicaremos a los poemas de José Antonio Labordeta. Será el día 19 de abril, martes, a las 19 horas. Este es el enlace con el archivo que contiene la selección de poemas.

Como no pudo celebrarse la  semana pasada la sesión que debíamos dedicar a «La importancia de llamarse Ernesto» de Óscar Wilde, ya fijaremos una nueva fecha para la misma.

 

Guión para la sesión del club de lectura
(Jueves, 31 de marzo, a las 18:30)

1. Presentación del autor.
2. Opinión breve sobre la obra.
3. Género literario:
4. Título: La importancia de llamarse Ernesto.
5. Temas:

5.1. La importancia del nombre en la persona.
5.2. La hipocresía de la clase alta británica.
5.3. La amistad entre los dos jóvenes.
5.4. El machismo.
5.5. Los matrimonios por interés.
5.6. Las diferencias sociales.

6. Personajes:

• Agernon
• Jack
• Lady Bracknell
• Gundelinda
• Cecilia
• Lane
• Miss Prisma

7. Espacio y tiempo.
8. Estructura.
9. Intencionalidad.
10. Humor: recursos para generarlo.
11. Frases para la reflexión:

• Realmente no veo nada romántico en una declaración. Es muy romántico estar enamorado (…) Como que pueden decirle a uno que sí. (…) Y entonces ¡se acabó todo apasionamiento! La verdadera esencia del romanticismo es la incertidumbre. (Algernon).
• Más de la mitad de la cultura moderna depende de lo que no debería leerse (Algernon)
• Cuando se trata del sacrificio de sí mismo los hombres están infinitamente más adelantados que nosotras. (Gundelinda)
• La vacilación, de cualquier clase que sea es señal de decadencia mental en los jóvenes y de debilidad física en los viejos. (Lady Bracknell)
• Realmente una mujer no debe decir nunca exactamente su edad. Eso da un aspecto de calculadora. (Lady Bracknell)
• Odio los argumentos de cualquier clase que sean. Son siempre vulgares, y muchas veces convincentes. (Lady Bracknell)

12. Próxima lectura.

Un brindis por Shevek

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Así, con esta frase, finalizamos el pasado jueves la sesión del club de lectura dedicada a Los desposeídos, porque entendimos que representa lo mejor de las sociedades que se contraponen en la novela: la capitalista y la anarquista. Lo explicó muy bien Clara, a quien le había fascinado este personaje, a caballo entre los dos mundos: Urras y Anarres.

Pero antes, María presentó a Ursula K. Le Guin, hija de una escritora de cuentos infantiles y un antropólogo, que, a lo largo de su vida, se ha mostrado como una activa militante pacifista y feminista. Ha escrito prosa y verso: más de cien cuentos, seis libros de poesía y veinte novelas, entre las que se encuentra Los desposeídos, por la que recibió los premios: Nébula (1974), Hugo (1975), Locus (1975) y Promethens (1993).

Las opiniones iniciales sobre esta novela de ciencia-ficción fueron simplemente favorables, pero, como ha sucedido en otras ocasiones, a medida que se desarrollaba la sesión, fue creciendo el interés hacia la misma. Es la magia de la comunicación y el intercambio de ideas entre las personas.

Abrieron el turno José Miguel, María Jesús y Víctor, a quienes les había gustado la reflexión de la autora sobre los dos tipos de sociedad, así como las dudas que genera lo desconocido, pues existe una desconfianza mutua entre los habitantes de una y de otra. También Enrique, aunque no es aficionado a la ciencia-ficción, destacó el contraste entre Urras, que se corresponde con el planeta que habitamos, y Anarres, que representa a una hipotética sociedad anarquista o “arquista”, palabra inventada por la autora. No obstante, había echado en falta en la novela una mayor profundización en las características de esta segunda.

José Miguel expresó su admiración por la estructura de Los desposeídos, la cual había desconcertado a algunos compañeros de su clase, y por cómo se describen los dos mundos, que al principio parecen ideales, pero de los que progresivamente van aflorando sus defectos. Este mismo aspecto fue valorado por Ana, a quien la novela le había descubierto un tipo de país, Anarres, donde no le gustaría vivir, fundamentalmente, por la falta de libertad.

Carmen se había sentido atraída por la reflexión sobre el lenguaje como reflejo de una ideología: por ejemplo, cómo en Pánico eliminan el uso del posesivo, porque implica posesión, lo cual está en contra de los principios anarquistas. Y María, finalmente, que había leído, por primera vez, la novela, en su época de estudiante, resaltó la dimensión histórico-filosófica de la misma y la forma con que aborda la autora temas como el feminismo y la relación de pareja.

En un análisis más pormenorizado, comentamos el título, “Los desposeídos”, que alude a los habitantes de Anarres, los cuales dejan de definirse en términos de lo que tienen, porque para ellos ser anarquista, como se consideran, es ofrecer a los demás y no tomar. Y también su estructura circular, pues en el primer capítulo se cuenta el viaje de Shevek al país vecino; después, en los siguientee se van alternando dos pasados: uno en Urras, que hace relación a esta visita, y otro en Anarres, durante la juventud del protagonista; y en el último esas dos acciones, que se han ido progresivamente acercando, se unen con la narración del viaje de regreso.

Sobre los personajes, nos detuvimos en los siguientes:

• Shevek, el protagonista, como ya se ha dicho. Un científico que pretende desarrollar una teoría que permita la comunicación interestelar, superando la velocidad de luz y la teoría de la relatividad. Lucha por la fraternidad entre Urras y Anarraes.

• Takver, su pareja, con el que tiene dos hijas, que demuestra lealtad y perseverancia en su comportamiento, y necesita para vivir, en contra de la costumbre de Anarraes, del vínculo matrimonial.

• Odo, mujer que dio lugar a la sociedad anarquista, encabezando la insurrección del año 747, 200 años antes de los hechos que se cuentan en la novela. Sus ideas inspiran al pueblo de Anarres, para el que se ha convertido en un símbolo.

• Rulag, madre de Shevek, que abandonó a éste cuando era niño. Se opone a que su hijo realice el viaje a Urras, quizá por despecho, porque cuando se acercó a él, en busca de la reconciliación, no lo logró.

• Bedap, amigo del protagonista, homosexual, irónico, enigmático y con libertad de espíritu, lo cual le trae problemas en Anarres.

• Sabul, investigador poco brillante y no original, como lo demuestra el hecho de que firmara el libro de Shevek, como si fuera coautor del mismo. Representa el poder y la censura en el régimen anarrasti.

• Atro, el físico más importante de Urras; tiene antecedentes aristócraticos y cree que la vida es una lucha, una competencia, en la que el débil es eliminado.

• Y Pae, también perteneciente a este país. Un físico muy inteligente y con sentido de la oportunidad, pero sin profundidad ni escrúpulos en su conducta.

Entre los numerosos temas que plantea la novela, comentamos:

• Las diferencias entre la sociedad capitalista (Urras) y la anarquista (Anarres): una organización jerárquica, basada en la coerción, frente a otra federativa y horizontal supuestamente basada en la libertad; presencia de instituciones y leyes, frente a la ausencia de las mismas; separación de lo público y lo privado, frente a la no distinción de ambos elementos; la discriminación de la mujer, frente a su igualdad con respecto al hombre; el trabajo como una actividad individual, frente a una consideración social del mismo; una educación basada en exámenes y caificaciones, frente a otra donde se da prioridad al aprendizaje de destrezas y habilidades que te valgan en la vida; etc.

• El peligro de la centralización y la burocratización en Anarres, un país teóricamente libre, pero donde existe la CPD (Coordinadora de Producción y Distribución), que controla los movimientos de todos los ciudadanos, en especial de los que desarrollan actividades intelectuales y artísticas.

• La represión política, consecuencia de lo anterior, y que sufren escritores, como Tirin, al que obligan a ir a una terapia de rehabilitación, porque sus obras no gustan; investigadores, como Shevek, que tiene dificultades para trabajar en su teoría del tiempo y es considerado como traidor y egotista; y músicos, como Salas, que compone un tipo de múscia alejada de lo que se enseña en el conservatorio.

Estos aspectos negativos de Anarres nos hicieron pensar en el experimento comunista llevado a cabo en la Unión Soviética, sobre todo en la época de Stalin, donde la centralización y la burocratización se acabaron convirtiendo en un cáncer para el propio sistema.

Pero comentamos que la represión también se da en Urras, donde Shevek descubre que todos sus movimientos son controlados y tiene micrófonos en la habitación, porque representa los ideales del anarquismo, opuestos a la sociedad capitalista; y comprueba que la manifestación con la culmina la huelga es reprimida con dureza por la policía provocando numerosos heridos y muertos.

• Y la injusticia social, que caracteriza a este país, donde hay un abismo entre el mundo de los ricos y el de los pobres.

Llegamos a la conclusión, con Ursula K. Le Guin, de que no hay sociedades perfectas, y que lo ideal sería un mundo en el que se combinen la libertad y la justicia social. Shevek lo da a entender en su discurso de la Plaza de el Capitolio, antes los miles de urresti que le escuchaban entusiasmados:

“Es nuestro sentimiento lo que nos une. El amor no obedece a la mente, y cuando se lo violenta se transforma en odio. El vínculo que nos une está más allá de toda posible elección. Somos hermanos. Somos hermanos en aquello que compartimos. En el dolor, en ese dolor que todos hemos de sufrir a solas, en la pobreza y en la esperanza reconocemos nuestra hermandad. La reconocemos, porque hemos tenido que vivir sin ella. Sabemos que para nosotros no hay otra salida que ayudarnos los unos a los otros, que ninguna mano nos salvará si nosotros mismos no tendemos la mano. Y la mano que vosotros tendéis está vacía, como lo está la mía. No poséis nada. No sois dueños de nada. Sois libres. Todo cuanto tenéis es lo que sois, y lo que dais…”

Por eso, haciendo nuestras estas palabras, finalizamos la sesión con un brindis por Shevek.

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Próxima lectura, a propuesta de María: La importancia de llamarse Ernesto de Óscar Wilde, una comedia sobre la que hablaremos el 31 de marzo, jueves, a las 18:30.

Los desposeídos

Guión para la sesión del club de lectura
(25 de febrero, a las 18:30, en la biblioteca)

1. Presentación de la autora.
2. Opinión breve sobre la novela.
3. Género literario al que pertenece
4. Título: “Los desposeídos”.
5. Punto de vista narrativo.
6. Estructura:
7. Personajes:

• Shebek
• Takver
• Odo
• Rulag
• Tirin
• Bedap
• Sabul
• Orie
• Atro
• Chifoilisk
• Etc.

8. Temas:

8.1. Diferencias entre las dos sociedades:

• Organización
• Instituciones (policía, gobierno, leyes, etc.)
• Relaciones interpersonales (sexuales, amistad, trabajo, etc.)
• Lo público y lo privado
• Situación de la mujer
• Trabajo: incentivos, distribución, etc.
• La educación: prioridades en una y otra sociedad.
• Arquitectura: tipos de edificios
• El arte

8.2. Los prejuicios que hay en una sociedad con respecto a la otra (187-8; 199)
8.3. Necesidad del pasado
8.4. El lenguaje como reflejo de la ideología
8.5. El peligro de la centralización y la burocratización
8.6. La represión política
8.7. El culto a la personalidad
8.8. El papel de la inteligencia

9. Simbolismo:

• Urras
• Anarraes
• Los muros

10. Frases para la reflexión:

• Lo un hombre quiere es libertad. Lo que quiere una mujer es propiedad (129).
• El sufrimiento es la condición propia de la vida (…) Una sociedad sólo puede aliviar el sufrimiento social, el sufrimiento innecesario. El resto subsiste. (147-8)
• Ser todo es ser una parte; el verdadero viaje es el retorno (203)
• Donde hay propiedad hay robo (…) Para hacer un ladrón, haz un propietario; para que haya crímenes, haz leyes. (328-9)
• La ley de la existencia es la lucha, la competencia, la eliminación del débil, una guerra sin cuartel. Y yo quiero que sobrevivan los mejores. (338)
• El deseo de poder es tan fundamental en el ser humano como el impulso a ayudarnos mutuamente. (395)
• La música es un arte cooperativo (…) Quizá la forma más noble de comportamiento social de que seamos capaces. (412)
• Para ver qué hermosa es la vida, hay que contemplarla desde la altura de la muerte. (446)
• Un niño libre de la culpa de la propiedad y el peso de la competencia económica crecerá con el deseo de hacer lo que necesita hacer, y con la capacidad de disfrutar lo que hace. Es el trabajo inútil lo que enturbia el corazón. (576-7)
• Los medios son el fin. Odo lo dijo toda su vida. ¡Sólo la paz trae la paz, sólo los actos justos traen la justicia! (686)
• Es el sufrimiento lo que nos une. No el amor. El amor no obedece a la mente, y cuando se lo violenta se transforma en odio. (695)
• La conciencia social domina por completo a la conciencia individual… (762)
• Un científico puede afirmar que su obra no es él mismo, que es pura y simplemente la verdad impersonal. Un artista no puede esconderse detrás de la verdad. No puede esconderse en ninguna parte. (764)
• Un anarquista puede violar la ley y tener esperanza de escapar al castigo, pero tú no puedes violar una costumbre, es el marco de tu vida con la otra gente. (837)

11. Próxima lectura

Reducir la pobreza para respetar la dignidad del ser humano

Doce personas asistimos el pasado jueves a la primera sesión del Club de Lectura de este año 2016, para hablar de Identidades asesinas, un libro en el que Amin Maalouf denuncia “la locura que incita a los hombres a matarse entre sí en el nombre de una etnia, lengua o religión” y, al mismo tiempo, intenta comprender “por qué en la historia del hombre la afirmación del uno ha significado la negación del otro”.

Antes de la presentación del autor, Carmen expresó el agradecimiento a Lola por haber conseguido de nuevo los libros en papel, a través de la Biblioteca Central de Lepanto, donde estamos registrados como club de lectura.

A continuación, María recordó el nacimiento de Maalouf, en el Líbano, un país que perdió su gran influencia financiera en Oriente Próximo, con la Guerra Civil, entre 1975 y 1990, la cual destruyó además su equilibrio político. A causa de esta guerra, se exilió en Francia donde trabajó como redactor jefe de la revista Jeune Afrique. Su padre, periodista, poeta y pintor, le inculcó el amor por las letras, y de su madre heredó la educación francófona. En la actualidad, se dedica exclusivamente a la literatura. Ha recibido entre otros premios el Goncourt por La roca de Tanios y el Príncipe de Asturias de las Letras por el conjunto de su obra. Pertenece a la Academia Francesa, donde ocupa el sillón número 29, en el que sustituyó a Claude Lévi-Strauss.

Sus novelas más conocidas son León el Africano y Samarcanda, que algunos de los asistentes habían leído.

En el turno de opiniones sobre Identidades asesinas, Inés comentó que le había costado leer el libro, pero que al final había relacionado el contenido del mismo con su propia vida, un tanto nómada, que le ha permitido tener diferentes identidades. Miguel destacó que Maalouf plantea muchos problemas, a los que no da solución, porque, en un último extremo, todo depende del ser humano, de su educación, de la necesidad de viajar para conocer otras personas y otras culturas, que es lo que nos hace ser tolerantes. Enrique definió el libro como un ensayo divulgativo que explica obviedades y quizá no profundiza lo suficiente, pero tiene un valor por encima de todo: que el autor aplica el sentido común a su análisis. Carmen y Benito coincidieron en señalar la vigencia del mismo, a pesar de que han transcurrido casi 20 años de su publicación y el mundo ha cambiado bastante. Éste último explicó que Maalouf entendía la identidad como la suma de pertenencias de una persona (religión, lengua, nación, etc.) y que el problema surge cuando una de estas se impone a las demás. Víctor y Antonio, en cambio, expresaron una opinión crítica: para el primero el libro ha quedado desfasado, porque el mundo ha ido a peor; y el segundo echaba en falta una mayor explicación de las identidades asesinas, en concreto, la perspectiva de los que cometen los atentados.

María mencionó otro título en el que había pensado el autor, “Cómo domesticar a la pantera”, en el sentido de que este animal mata si se le persigue, aunque lo peor es dejarle escapar en la naturaleza después de haberlo herido. Pues lo mismo pasa con el deseo de identidad “que no debemos convertirlo en objeto ni de persecución ni de condescendencia, sino que hemos de observarlo, estudiarlo con serenidad, comprenderlo, y después amansarlo, domesticarlo, pues, de lo contrario, no podremos evitar que el mundo se convierta en una jungla”, donde las personas, aisladas en guetos –como señaló Inés- recurran a la violencia.

Aunque Amin Maalouf no alude a ella, coincidimos en que el auténtico problema y lo que se oculta detrás del terrorismo indiscriminado que se lleva a cabo, en nombre de una etnia, lengua o religión, es la pobreza de algunos países a los que hemos colonizado, así como la ideología y la estrategia geopolítica. Además -apuntó Julia- las personas que tienen mezcla de identidades pueden tender puentes para solucionar estos conflictos.

Nos planteamos y dimos respuestas a algunas preguntas que se desprenden de la lectura del libro:

• ¿Qué es más importante para conformar la identidad: la genética o el ambiente?

Sin duda el segundo, es decir, la influencia de los demás, tanto de los seres cercanos (familiares, amigos, correligionarios, etc.), que la fomentan, como de los contrarios, que tratan de excluirla.

• ¿Cómo han evolucionado el Islam y el cristianismo?, ¿por qué lo han hecho de forma inversa?

Hay en el Islam una notable capacidad para tolerar la existencia de otras religiones, que coincide con un periodo en el que los árabes triunfaban y tenían la sensación de que el mundo les pertenecía; pero ha ido evolucionando hacia comportamientos intolerantes y totalitarios, a medida que se han sentido amenazados. Un ejemplo, en este sentido, es el de Córdoba que pasó de ser una ciudad confiada y segura de sí misma, en el siglo X, a una ciudad acosada por los ejércitos cristianos tres siglos más tarde.

En cambio, el cristianismo presenta un largo pasado de intolerancia, que poco a poco se ha ido transformando en apertura y flexibilidad, como la propia sociedad europea, que ha avanzado en democracia y derechos sociales, aunque aún quedan reminiscencias dogmáticas, sobre todo en lo relacionado con el ámbito sexual.

• ¿Cómo proteger la diversidad (lingüística, étnica, religiosa, etc.) en una sociedad?

De las tres caminos que propone Maalouf (establecer un sistema de cupos, reconocer en la nación la pertenencia a varias cosas o respetar la ley del sufragio universal) nos pareció el más adecuado el segundo de ellos, porque ese reconocimiento puede mitigar las tensiones y contribuir a sanear las relaciones entre los diferentes grupos de personas.

• ¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes de la globalización?

Encontrar en todos los continentes manifestaciones culturales diversas (culinarias, musicales, literarias, etc.), que modifican “nuestros gustos, nuestras aspiraciones, nuestros comportamientos, nuestros modos de vida, nuestra visión del mundo y a nosotros mismos”, supone un factor de diversidad, una mezcla de culturas que puede ser enriquecedora.

Por otra parte, si la globalización no parece exclusivamente americana o anglosajona, todos podremos reconocernos en ella y nadie la sentirá como algo ajeno y hostil.

Sin embargo, la uniformización de los gustos puede empobrecernos, pues cabe la posibilidad de acabar leyendo el mismo tipo de novelas estereotipadas, oír las mismas melodías, ver películas producidas con el mismo molde, escuchar las mismas opiniones dominantes, etc.

Además, la hegemonía ideológica, económica o mediática puede imponernos al mundo entero una misma lengua, un sistema económico idéntico, la misma escala de valores, es decir, el fenómeno de la globalización sería un disfraz bajo el que se oculta un plan de dominación.

Finalmente, la conclusión a un debate, que duró cerca de dos horas, la puso Lola: reducir la pobreza en el mundo es requisito indispensable para respetar la dignidad del der humano y para que nadie se sienta excluido de la civilización común que está naciendo.

Próxima lectura, a propuesta de María: Los desposeídos de Úrsula K. Le Guin. Hablaremos de esta novela de ciencia ficción social, que avisa de los peligros de la descentralización y la burocracia, en una hipotética sociedad anarquista, el 18 de febrero, jueves, a las 17 horas.

Identidades asesinas


GUIÓN PARA LA SESIÓN DEL CLUB DE LECTURA
(14 de enero, jueves, a las 17 horas, en la biblioteca del IES Gran Capitán)

1. Presentación del autor.
2. Opinión breve sobre la obra.
3. Género literario.
4. Intención.
5. Punto de vista: ¿es adecuada la primera persona con expresiones como “a mi modesto entender” o “según lo veo yo”, o hubiera sido mejor escribirlo en tercera para transmitir un mayor grado de certeza?
6. Estructura: ¿se ajusta a la estructura habitual de introducción, desarrollo y conclusión?
7. Destinatario.

8. Temas:

8.1. La identidad de una persona:

• ¿Qué es?
• ¿Hay una pertenencia primordial?
• ¿Qué es más importante para conformar la identidad: la genética o el ambiente?
• ¿Cuándo se convierte una identidad en asesina?
• ¿Se puede domesticar el deseo de identidad?

8.2. La globalización:

• ¿Cuáles son sus ventajas?
• ¿Y sus inconvenientes?

8.3. La religión:

• El Islam y el cristianismo: ¿cómo han evolucionado?, ¿por qué lo han hecho de forma inversa?
• ¿Por qué surgen en los países árabes los movimientos radicales islamistas?
• Diferentes interpretaciones de los libros sagrados.
• ¿Es necesaria la religión? ¿Se puede canalizar de otra forma la necesidad de espiritualidad?
• Factores que explican el resurgimiento de la religión.

8.4. La lengua:

• Elemento de identidad.
• Como rival y como aliada de la religión.
• Diferencias entre estos dos componentes de la identidad.

8.5. ¿Cómo proteger la diversidad (lingüística, étnica, religiosa, etc.) en una sociedad?

8.6. La cultura de origen y la cultura del país de acogida:

• ¿Qué deben hacer los inmigrantes?
• ¿Qué debe hacer la sociedad?

8.7. Los derechos humanos y las tradiciones.
8.8. Internet vista desde fuera y desde dentro.

9. Frases para la reflexión:

• Cuando alguien ha sufrido vejaciones por su religión, cuando ha sido víctima de humillaciones y burlas por el color de su piel o por su acento, o por vestir harapos, no lo olvida nunca.
• La gente suele tender a reconocerse en la pertenencia que es más atacada. (…) Los que la comparten se sienten solidarios, se agrupan, se movilizan (…) arremeten contra los de enfrente.
• El siglo XX nos habrá enseñado que ninguna doctrina es por sí misma necesariamente liberadora: todas pueden caer en desviaciones, todas pueden pervertirse, todas tienen las manos manchadas de sangre: el comunismo, el liberalismo, el nacionalismo, todas las religiones y hasta el laicismo.
• Para mí un creyente es simplemente el que cree en determinados valores –que resumiré en un solo: la dignidad del ser humano-.
• Lo que nos pasa es siempre un poco por culpa de los otros, y lo que les pasa a los otros es siempre un poco por nuestra culpa.
• Los hombre son más hijos de su tiempo que de sus padres.
• Que ningún americano se sienta ofendido por lo que ve u oye.
• En la democracia (…) lo que ha de respetarse de manera absoluta y sin la menor concesión es la dignidad de los seres humanos (…), cualesquiera que sean sus creencias y el color de su piel.

10. Próxima lectura.