Ayer nos acercamos al Club de Lectura con el temor de que fueran pocos los asistentes a la reunión, para debatir sobre “La lluvia amarilla”, porque se trata de una novela estructuralmente compleja, sin apenas acción, lingüísticamente difícil de leer y que cuenta una historia muy triste. Pero, cuál fue nuestra sorpresa, cuando nos encontramos con cerca de veinte personas, entre alumnos, profesores y madres.
La brillante introducción de Lola nos situó en el universo literario en el que se mueve Julio Llamazares y nos ayudó a entender mejor la novela.
Durante el debate, entramos y salimos de ella, como nunca antes lo habíamos hecho, en parte, por esa ausencia de acción que comentábamos y, en parte, porque en torno a los recuerdos del protagonista, último habitante del pueblo de Ainielle, aparecen temas de sumo interés como: la emigración, la soledad, la relaciones padres-hijos, la vida en los pueblos, el cuidado de nuestros mayores…
Hablamos, pues, de “La lluvia amarilla”; del simbolismo del título, que representa el paso inexorable del tiempo; de su estructura envolvente, que nos introduce en el mundo de los recuerdos del portagonista; del tiempo real en que se desarrollan los hechos, entre el final de la guerra civil y los años setenta del siglo pasado; del pueblo de Ainielle, que existe en el Pirineo aragonés; de los personajes, especialmente de Andrés y su tendencia a la melancolía, porque no acaba de aceptar que sus vecinos y familiares abandonen el pueblo, y de Sabina, su mujer, deprimida por la pérdida de sus hijos y la incomprensión de su marido.
Hablamos de todo esto, pero también de los pueblos abandonados; de la emigración forzosa, durante los años 60 del siglo pasado, en España; de la desaparición de la vida rural; de cómo han cambiado las relaciones entre los padres y los hijos; del cuidado de los mayores; de las diferencias entre la cultura estadounidense y española sobre este tema; y habíamos concluido la reunión y seguíamos hablando sobre la muerte y su presencia constante en la literatura española.
Pero el gran descubrimiento de la sesión de ayer fue comprobar que los buenos lectores saben hacerlo también en alto, para el disfrute de los demás. Así escuchamos conmovimos la lectura de dos pasajes sobre el tiempo y cómo lo percibimos, a lo largo de nuestra vida, por parte de Paco y Adela.
La próxima lectura: “Hay algo que no es como me dicen” de Juan José Millás, una novela basada en hechos reales, concretamente, en el acoso que sufrió una concejala del ayuntamiento de Ponferrada por parte de su alcalde. Escrita en un estilo ágil y sencillo, se lee con facilidad. Podéis conseguir un ejemplar de la misma en vicedirección.
Debatiremos sobre esta novela, el jueves, 4 de marzo, a las 18:30 horas, como siempre, en la bilbioteca.
Si bien ha sido, bajo mi punto de vista, la lectura más triste, o desesperante (no en el sentido de perder la calma, sino la esperanza); también ha sido la más profunda.
La Lluvia Amarilla ha marcado un antes y un después en mí: tanto como simple lector como autor. De hecho, hace poco escribí un pequeño microrrelato inspirado en este libro (captando la idea principal, no el argumento).
Lo cierto es que… Voy a intentar hacerme como un ejemplar cuanto antes, a fin de tenerlo siempre a mano.