El pasado jueves, a las 6 de la tarde, como siempre, en la biblioteca de nuestro centro, nos reunimos los del club de lectura para hablar de “Rebelión en la granja”.
Esta novela, que algunos de los asistentes calificaron de excesivamente infantil por su carácter de fábula, la terminó Orwell, en 1943, en plena segunda guerra mundial; aunque no pudo publicarla hasta 1945, porque la crítica que contenía de la URSS no era admisible en la Inglaterra de aquella época. Esta circunstancia le hizo escribir un prólogo contra la censura y en defensa de la libertad de expresión.
La reunión estuvo más concurrida que nunca: entre 25 y 30 personas, sobre todo alumnos.
Después de la introducción que llevó a cabo María y de un turno de intervenciones para comentar la impresión que nos había causado la novela a cada uno de nosotros, hablamos de la libertad de expresión y concluimos que no existe, de modo absoluto, ni siquiera en los países democráticos, pues los intereses de los gobiernos y de las empresas, casi siempre, acaban estableciendo limitaciones a su ejercicio.
Ya centrados en “Rebelión en la granja”, nos interesó especialmente el simbolismo de los animales. Nos preguntamos: por qué los cerdos representan a los dirigentes del estado; por qué el caballo Boxer simboliza al trabajador abnegado y acrítico; por qué los perros actúan como brazo ejecutor de la dictadura, por qué el cuervo Moses encarna la religión; etc.
Hubo intervenciones sutiles que revelaban una lectura profunda de la novela; pero también intervenciones apasionadas, producto de lectores que se habían dejado arrastrar por el pesimismo sobre la condición humana que sugiere el final de la misma.
La conclusión a la que llegamos fue que esta obra de Orwell no es una crítica sólo al sistema soviético, sino a cualquier estado totalitario, e incluso a los países democráticos, como España, donde la concentración de poder suele generar corrupción.
Animaos los que estuvisteis en la reunión del club de lectura y los que no estuvisteis también a opinar sobre “Rebelión en la granja”. Podéis comentar cualquier aspecto de los que incluye el guión para el debate o simplemente decir si os ha gustado o no y por qué. No olvidéis que el blog lo hacemos entre todos.
Me gustó mucho, porque fue mucha gente, todos decían lo que opinaban y porque también hablamos sobre la URSS, en fin que me divertí mucho.
Me interesa comparar las novelas traducidas con las versiones originales. Ya que la historia de «Rebelión en la granja» es muy sencilla, se traduce muy bien del inglés al castellano. No tradujeron los nombres de los animales, que a veces tenían significados en inglés. Por ejemplo, uno de los cerdos se llama Squealer, que se puede traducir como Soplón. Uno de los caballos se llama Boxer, que significa un hombre que pone cosas en cajas, un trabajo que requiere mucha fuerza pero poca inteligencia. También me gustó el nombre del líder de los cerdos, Napoleon. Aunque la historia se compara más naturalmente con la revolución comunista en Rusia, también se puede comparar con la revolución en Francia, que al final produjo el imperio de Napoleon.
Coincido en parte con Scott; aunque ampliaría lo anteriormente citado con la idea a la que llegamos de común acuerdo en la sesión: no solo es comparable con la revolución comunista de Rusia, ni con la revolución de Francia; sino también con todo tipo de revolución o régimen totalitario, en el que el pueblo no tiene ni voz ni voto, ni es capaz de decidir un cambio en el sistema político.
Con respecto a la sesión… Espero fervientemente que en todas las reuniones siguientes alcancemos semejante número de participación. ¡Me quedé helado cuando vi sobre 30 personas sentadas alrededor de aquellas tres mesas dispuestas por la biblioteca!
Puedo decir muy satisfecho que ha sido una de las experiencias más bonitas que he tenido.
¡Saludos!